¿Un alivio o un riesgo? El aumento del salario mínimo en Colombia genera reacciones encontradas

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este martes 24 de diciembre un aumento del 9,54% en el salario mínimo para el año 2025, alcanzando un total de 1’423.500 pesos sin incluir el auxilio de transporte. Con el subsidio, el monto asciende a 1’623.500 pesos. Este incremento fue determinado después de que no se llegara a un acuerdo en las negociaciones entre el Gobierno Nacional, los empresarios y las centrales obreras.

En su discurso, Petro destacó que este aumento tiene como objetivo mejorar el nivel de vida de los trabajadores colombianos y mencionó que el aumento del salario mínimo en 2022 sacó a 1,6 millones de colombianos del hambre. «Colombia va a crecer más si hay dignidad para el pueblo trabajador», expresó el presidente desde Zipaquirá, Cundinamarca.

El anuncio generó diversas reacciones tanto en el ámbito político como gremial. El Congresista Andrés Forero, del Centro Democrático, fue uno de los primeros en criticar la medida, calificándola de «populista» y advirtiendo que podría generar efectos negativos en la inflación y en el control económico. “Cuando por fin se estaba terminando de controlar el problema inflacionario, las medidas populistas del gobierno de Gustavo Petro vuelven a prender las alarmas», indicó Forero en su cuenta de X.

En contraste, el representante Heráclito Landinez del Pacto Histórico celebró el incremento, asegurando que «se recuperará el poder adquisitivo de los asalariados», dado que la inflación se encuentra alrededor del 5%. Además, la representante María Fernanda Carrascal destacó que este ajuste representa un «alivio en el costo de vida» y subrayó la importancia de proteger y fortalecer la dignidad laboral.

El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, también reaccionó en contra del aumento, calificándolo de «elevado y populista». Cabal advirtió que esta medida podría poner en peligro la baja de las tasas de interés del Banco de la República y tener repercusiones negativas a largo plazo para la economía. En un tono similar, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, expresó su preocupación por los posibles efectos inflacionarios y fiscales del aumento, afirmando que medidas como esta solo traen «más pobreza, menos desarrollo, más desempleo».

Por otro lado, Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), consideró que el aumento representa un paso importante para reducir la brecha salarial dejada por los gobiernos neoliberales. “Nos parece un buen resultado, un buen incremento”, comentó Arias.

El exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, también ofreció su perspectiva, señalando que, aunque el aumento es superior a lo esperado, se mantiene dentro de los márgenes técnicos en términos de la dinámica de inflación en el país. Restrepo aseguró que el ajuste de 9,54% es más moderado que las expectativas más altas, pero aún así superior al que técnicamente podría justificarse.

El aumento del salario mínimo ha generado una fuerte división en la opinión pública, con sectores políticos y gremiales debatiendo sus posibles implicaciones económicas y sociales. Mientras que algunos lo ven como un avance en la calidad de vida de los trabajadores, otros temen que sea una medida populista con efectos negativos a largo plazo. Las autoridades económicas y sociedades civiles seguirán de cerca las repercusiones de esta decisión en los próximos meses, particularmente en el contexto de la inflación y el crecimiento económico del país.

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