San Lorenzo (Paraguay), 8 feb (EFE).- Tristeza, una mezcla de impotencia y esperanza unían este jueves a las familias de los trabajadores afectados por la explosión de un tanque de amoniaco dentro de una fábrica de embutidos ubicada en la ciudad paraguaya de San Lorenzo, a unos 15 kilómetros de Asunción.
En la fábrica de la empresa Ochsi, un trabajador falleció y otros 41 resultaron con heridas de diversa índole a raíz del estallido ocurrido este miércoles. Un día después, la mayoría de los afectados permanecían en el Hospital de Especialidades Quirúrgicas Ingavi, del Instituto de Previsión Social (IPS), ubicado en la localidad de Fernando de la Mora.
De estos, según un informe difundido este jueves, 17 pacientes estaban en proceso de recibir el alta, nueve seguían en la unidad de cuidados intensivos en estado crítico y tres continuaban en observación en condición delicada.
Sin embargo, a las afueras de la emergencia del Hospital Ingavi, la angustia no da tregua.
"Está luchando por su vida", comentó Laureana Ponce a EFE sobre la condición de su esposo, Nelson Vera, de 41 años, quien sufrió quemaduras en el 80 % del cuerpo.
Vera, un conductor que reparte los productos de Ochsi, había terminado su jornada, pero lo sorprendió el accidente fatal.
"Justo se estaba cambiando para ir a la casa", contó la esposa con su mirada perdida. Sus tres hijos aún lo esperan.
Junto a Laureana, en medio de un verano que rebasa los 37 grados, la familia de otro de los heridos, Cristian Villalba, de 29 años, buscaba algún consuelo.
Sentados en forma de un círculo mientras tomaban 'tereré' -un té helado tradicional de Paraguay-, aguardaban por noticias.
"Por mala suerte y casualidad mi hijo se trasladó a los sanitarios cercanos del lugar", lamentó Justo Villalba, padre de Cristian.
Villalba, quien escuchó el estallido pero no imaginó su gravedad, relató a EFE que su hijo trabajaba pesando productos en una sección diferente a donde sucedió la explosión.
El joven permanece intubado y sedado, producto de la intoxicación por inhalación de amoniaco que afecta los pulmones. "No mejora ni empeora", afirmó.
Ahora este padre de un poco más de 50 años cuenta las horas para recibir algún informe acerca de la condición de su hijo. Apacigua la incertidumbre con sorbos de tereré y otras veces no logra evitar que se le escapen las lágrimas.
No obstante, agradece la atención en el IPS. "Se movieron como nunca", resaltó.
Otra fue la historia para los parientes del único fallecido hasta ahora y quien fue identificado como Gustavo Notario, de 24 años. El joven no pudo ser reanimado después de sufrir tres paros cardíacos.
"¿Qué le voy a decir a mi hija de 6 años, que se quedó sin su padre por culpa de la irresponsabilidad de esa empresa?", reclamó, entre lágrimas, Laura Amarilla, pareja de Notario, quien no ocultó su indignación frente a los periodistas.
Por su parte, el jefe de Operaciones de Ochsi, Johannes Van Der Low, dijo en el hospital Ingavi que la ayuda de parte de la empresa será en el campo médico, financiero y psicológico.
En medio de la angustia, las inmediaciones de la fábrica estaban desoladas y acordonadas.
Del lugar del accidente, en medio de un olor persistente aunque leve a amoniaco, salió el fiscal Gerardo Mosqueira, quien reveló a periodistas que aún se debe descartar si el tanque explotó por una manipulación o por fallas de origen.
"Es la primera vez en 70 años que sucede este hecho", afirmó Mosqueira, sobre lo conversado con los encargados de la firma.
La sorpresa por lo ocurrido también se siente en las calles de San Lorenzo -una localidad de unos 250.000 habitantes que vive del comercio y de la industria-, que permanece de luto y con una veintena de heridos que no pierden la esperanza de seguir viviendo.
Nina Osorio
Por: EFE