Los talibanes se atribuyeron hoy el asesinato de dos guardias civiles y un intérprete españoles a manos de un chófer de la Policía afgana en una base de las tropas en la provincia noroccidental afgana de Badghis.
En un primer momento, las autoridades afganas habían calificado a Sakhi como «agente de Policía», pero más tarde el gobernador provincial, Dilbar Jan Arman, precisó que este era en realidad «chófer» del cuerpo y que mantenía «contactos con los talibanes».
«Estaba todo planeado», afirmó Arman, que acusó a los insurgentes de haber orquestado tanto la acción armada como una manifestación posterior que tuvo lugar en las calles de la capital provincial, Qala-i-Naw.
El ataque tuvo lugar esta mañana, durante una clase de formación que la Guardia Civil impartía a 47 policías afganos en la sede del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) que las tropas españolas tienen en la ciudad.
Sakhi acudió al cursillo del PRT armado, por lo que los formadores españoles le dieron el alto en la entrada, dijo a Efe el vicegobernador de Badghis, Abdul Ghani Sabri.
El agresor sacó un fusil de asalto y, antes de ser muerto por las tropas españolas presentes en el lugar, acabó con las vidas de dos guardias civiles y de un intérprete nacionalizado español, confirmaron en España fuentes del Ministerio de Interior.
Al saber de la muerte de Sakhi, unas 2.000 personas se echaron a las calles de la ciudad y, según testigos y fuentes oficiales, incendiaron viviendas, rompieron las ventanas de la oficina del gobernador y lanzaron proclamas contra las tropas extranjeras.
La Policía dijo haber controlado la situación, pero un médico del hospital de Qala-i-Naw aseguró a Efe que hasta el momento han ingresado en el centro hospitalario dieciocho heridos, dos de ellos graves, por heridas de bala.
Según los talibanes, que rechazaron haber organizado la protesta, los manifestantes se comportaron violentamente porque «las tropas extranjeras» dispararon contra los civiles y acabaron con las vidas de «cuatro» de ellos.
Testigos y fuentes oficiales cifraron en unos 2.000 el número de manifestantes, aunque sólo unos 200, según el Gobierno español, llegaron hasta el PRT.
«El PRT no ha sufrido daños. Sólo algunas tiendas cercanas han resultado dañadas», dijo el gobernador Arman.
Según testigos, algunas tiendas junto al PRT están aún en llamas y los manifestantes intentan acercarse a la base militar ante la vigilancia de las fuerzas afganas, mientras varios helicópteros vuelan a baja altura sobre la multitud.
Kabul, 25 ago (EFE).-
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