Sudáfrica, el país con más rinocerontes del mundo, logró en 2018 reducir un 25 % las muertes de estos mamíferos a manos de los furtivos, pero los ecologistas advirtieron hoy de que la amenaza sigue siendo muy grave y que menos caza puede atribuirse también a que cada vez hay menos animales.
El logro sudafricano, sin embargo, es significativo: por primera vez en cinco años, las muertes de rinocerontes bajaron del millar, hasta situarse en 769.
Si se toma en cuenta que la colonia local de estos mamíferos se cifra en unos 20.000 ejemplares -combinadas los blancos y negros, catalogados en peligro de extinción y vulnerables, respectivamente-, los furtivos se cobraban al año un 5 % de esa población, un ritmo que amenazaba la conservación de la especie a medio plazo.
El Parque Kruger (noreste), una de las mayores reservas naturales de África y hogar de la mayor parte de la población nacional de rinocerontes, se llevaba invariablemente la peor parte, con alrededor de la mitad de las muertes anuales.
El peligro en Sudáfrica, además, es un riesgo para todo el continente, dado que la colonia sudafricana se usa para repoblar otros países donde prácticamente han desaparecido.
Los cazadores buscan sus cuernos, que se venden sobre todo en los mercados asiáticos, donde se le atribuyen propiedades curativas y afrodisíacas.
En el mercado negro, el cuerno alcanza valores de entre 60.000 y 80.000 dólares por kilo.
El descenso de muertes de 2018 supone una mejora de la tendencia en Sudáfrica en la última década, en la que las muertes venían en aumento o registraban solo disminuciones leves.
Las alarmas empezaron a sonar en 2008 -en 2007 solo habían muerto 13- hasta alcanzar sus cifras más negras en 2014, con 1.215 rinocerontes cazados.
Ese año, el Gobierno puso en marcha un plan estratégico que parece, por fin, estar dando frutos.
«El decrecimiento no es solo indicativo del éxito al implementar el Tratamiento Estratégico Integrado para los Rinocerontes a nivel nacional, sino también la confirmación del compromiso y dedicación de los hombres y mujeres que están trabajando en el frente para salvar a la especie», dijo este miércoles la ministra de Medioambiente sudafricana, Nomvula Mokonyane.
Las organizaciones de defensa de la fauna aplaudieron hoy la noticia, pero advirtieron de que no hay que bajar la guardia si se quiere evitar que la especie entre en la recta final hacia la extinción.
«La crisis para los rinocerontes está lejos de terminar y es importante considerar el número de rinocerontes que quedan con vida tanto como las pérdidas por la caza furtiva», señaló hoy el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en un comunicado.
Desde Save the Rhino (Salvar a los rinocerontes) fueron incluso más allá y avisaron de que, si bien los números de la caza bajan, el descenso puede atribuirse también a que, simplemente, cada año hay menos ejemplares disponibles para hacer diana.
«Puede demostrar que el trabajo contra la caza furtiva está teniendo efecto, o puede demostrar también que con un número significativamente menor de rinocerontes viviendo en la naturaleza, cada vez es más difícil para los furtivos localizar a sus presas», indicó esta organización en comunicado.
«En cualquier caso, (el número) continúa siendo muy alto, con una media de dos rinocerontes asesinados cada día», apuntó también Save the Rhino.
Asimismo, las dos agrupaciones conservacionistas coincidieron en resaltar que la corrupción es un grave obstáculo para detener a las mafias que trafican con los cuernos y a los cazadores, que son con frecuencia meros peones a sueldo.
También señalan que estas mafias utilizan las estrategias del crimen organizado y que, por tanto, las fuerzas de seguridad deben responder ante ese problema.
Por Nerea González. EFE