Con interés de antioqueños enamorados de la tierra, vimos el debate de la noche del 27 de agosto de 2023, transmitido por Telemedellín, un canal que, días antes, recibió la negativa de Federico Gutiérrez a participar en el debate organizado para candidatos a la alcaldía de Medellín, por considerar que nunca le ha ofrecido garantías. Lo cierto es que Telemedellín, desde el incidente aquel del polémico y vulgar despido del periodista Hernán Muñoz -quien se venía desempeñando como director del sistema informativo de Telemedellín-, para nombrar a Denison Mendoza, un gregario político de medio pelo del alcalde Quintero, quedó en evidencia. Fue cuando se develó que Telemedellín se había convertido en un canal “privado”, por cuenta de la megalomanía del alcalde Quintero. Desde entonces, se supo que el canal estaba cooptado, con complicidad y oreja mocha de algunos gremios que comían de ese barco llamado Quintero; al igual que el silencio de muchos periodistas preocupados por sus estómagos, y la complicidad de una ciudadanía indolente que no enfrentó al mandamás, apoderado de la ciudad y el Canal.

El debate navegaba por aguas mansas, “haciéndonos pasito”, dirían algunos de los candidatos. Pero esas aguas tropicales que navegaban Juan Diego Gómez, Fredy Esteban Restrepo, Jorge Alberto Gómez, Luis Pérez Gutiérrez, Mauricio Tobón Franco, Cristian Halaby Fernández, Robinson Alonso Giraldo, Luis Fernando Suárez y Julián Bedoya, se tornaron en aguas oscuras y turbulentas al llegar al puerto del “combate a la corrupción”, como si se hubiese avistado al monstruo del lago Ness.

El asunto tomó ribetes de sainete, cuando Luis Fernando Suárez juró ser un hombre inmaculado, no obstante ser escudero del gobernador Aníbal Gaviria, metido en cantidad de entuertos y en la cárcel, en dos oportunidades, por el contrato para la ampliación de la Troncal de La Paz, el cual fue firmado en 2005, y por cuantía de 41 000 millones de pesos de la época. Con base en los elementos probatorios del proceso, la Fiscalía lo acusó ante la Corte como «coautor de los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación a favor de terceros». Las perlas más recientes señalan a Gaviria y a su escudero Luis Fernando Suárez, soportando el descalabro de Savia Salud, que la ubica por debajo de cincuenta por ciento del capital suscrito, lo que deja a la EPS en causal de liquidación de acuerdo con lo establecido en artículo 34 de Ley 1258 de 2006; adicional, la Fábrica de Licores de Antioquia, parece soportar su peor momento, pues el gobierno compartido del dueto Gaviria – Suárez, viene pagando a un Pull de abogados extranjeros, sumas millonarias y en dólares “por la defensa de la FLA”, a un paso tal que ni entregándoles la Fabrica completa se les pagará honorarios por tan patrióticos servicios.

La cereza del debate la puso el candidato Mauricio Tobón Franco, al recordarle a Suárez que ahora no podía salir a desmarcarse y a despotricar de Quintero y Petro, cuando la ciudad y el país están en situaciones calamitosas y en poder de la delincuencia, porque, “Luis Fernando Suarez celebró con júbilo el triunfo de Daniel Quintero a la alcaldía de Medellín”. Y para mayor ilustración, nos recordó el Twitter de Suárez: “Ayer ganó la esperanza, la opción de una Medellín social e incluyente, la apuesta que busca unir a Medellín en un diálogo diferente. Ayer los ciudadanos de Medellín definieron un cambio de rumbo hacia la esperanza y la confianza. Felicitaciones a Quintero Calle”. “Y con el mismo júbilo y altisonancia celebró el triunfo de Gustavo Petro a la Presidencia de la república”, según otro Twitter, en términos de salutación a un salvador.

A mi juicio, el colmo se dio cuando Esteban Restrepo también se vistió de impoluto y enemigo de la corrupción, defendiendo así el estado lamentable de la ciudad y a una administración señalada de ser la peor en la historia de Medellín, con una desaprobación del 67% de los ciudadanos.

Las intervenciones de Suárez y de Restrepo, tratando de engañar al elector, citándose como enemigos de la corrupción, no obstante los diarios señalamiento a Gaviria y a Quintero y a sus equipos de trabajo (el que calla otorga), me trajo al recuerdo un delicioso párrafo de Alberto Aguirre, citado en el prólogo del libro Humor y Medicina, del célebre médico Tomás Quevedo Gómez:

“Cuenta don Tomás Quevedo, que luego de examinar en su consultorio a una muchacha, le informó que estaba embarazada. La niña protestaba, afirmando que era soltera y virgen. Al fin, convencida, exclamó: “¿Y yo qué hago ahora, doctor?”. Le contestó el doctor Tomás de modo quevediano: creo que debe ponerse a hacer escarpines y pañales, no le queda de otra”.

Señor odontólogo Fernando Suárez; señor Esteban Restrepo: creo que deben ponerse a hacer escarpines y pañales, ¡no les queda de otra!

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Redacción Minuto30

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