
Resumen: Este texto describe la 'Ruta Violeta', una carrera de mujeres celebrada en Ciudad Bolívar, Antioquia, Colombia, en el marco del Día Internacional de la Mujer. El evento buscaba reivindicar la memoria y la vida de las mujeres, promoviendo la equidad y la lucha por sus derechos a través del deporte y la participación comunitaria
El amanecer en Ciudad Bolívar, Antioquia, estuvo marcado por una energía especial. Las primeras luces del día iluminaban a las cerca de 150 personas que se congregaron para participar en la Carrera de la Mujer «Ruta Violeta: Nos movemos por la vida», un evento que, más allá de una competencia, se convirtió en un acto de reivindicación y memoria en el marco del Día Internacional de la Mujer.
La Administración Municipal, en articulación con los gimnasios del municipio, diferentes empresas y el Colectivo «Somos las Fulanas», lograron dar vida a una jornada en la que hombres, mujeres, familias y niños de distintos municipios de la región corrieron y caminaron en circuitos de 5, 10 y 15 kilómetros. Cada paso, cada zancada, llevaba consigo un mensaje de resistencia, equidad y lucha por los derechos de las mujeres en el territorio.
Desde temprano, los participantes fueron llegando al punto de encuentro. Algunos con camisetas alusivas a la causa, otros con pancartas, y todos con el mismo propósito: unirse al homenaje por aquellas mujeres que han marcado la historia, por las que hoy siguen luchando y por las que vendrán. El ambiente estaba impregnado de emoción, mientras los organizadores daban las últimas indicaciones y se preparaban para dar la señal de salida.
El recorrido serpenteaba entre calles y senderos, uniendo espacios urbanos y naturales, como símbolo de la conexión entre la comunidad y el entorno. La «Ruta Violeta» no solo puso a prueba la resistencia física de los corredores, sino que también fue un ejercicio de reflexión sobre los desafíos que aún enfrentan las mujeres en materia de derechos, seguridad y equidad. En distintos puntos del trayecto, se encontraban estaciones con mensajes de empoderamiento, frases de mujeres históricas y espacios para compartir testimonios.
A lo largo del evento, el ánimo no decayó. En la meta, cada persona que finalizaba su recorrido era recibida entre aplausos y palabras de aliento. Más allá del cansancio, se percibía la satisfacción de haber sido parte de algo más grande, un movimiento que busca transformar realidades a través del deporte y la solidaridad.
Al cierre de la jornada, los organizadores destacaron la importancia de seguir construyendo espacios de visibilización y conmemoración. «No se trata solo de correr, sino de movernos juntos por la vida, por la justicia y por el reconocimiento de los derechos de las mujeres», expresó una de las voceras del Colectivo «Somos las Fulanas».
Testimonios que Inspiran
Varias participantes compartieron sus experiencias y lo que significó para ellas ser parte de la «Ruta Violeta».
«Fue una experiencia increíble. No solo corrimos, sino que sentimos la unión y el compromiso de todos por una causa justa,» expresó Natalia Ramírez, una corredora que completó los 10K.
Por su parte, Andrea López, quien asistió con su hija de ocho años, destacó la importancia de inculcar valores desde la infancia. «Quería que mi hija viera que somos muchas las que seguimos luchando y que cada acción, por pequeña que parezca, suma.»
Más que una Carrera, un Compromiso Permanente
La «Ruta Violeta» no solo fue un evento de un día, sino un recordatorio de que la lucha por la equidad debe continuar todos los días. La participación de la comunidad en este tipo de iniciativas ha crecido en los últimos años, reflejando un interés cada vez mayor por visibilizar y defender los derechos de las mujeres.
En palabras de una de las organizadoras: «Cada paso que dimos hoy es un paso hacia una sociedad más justa. Seguiremos impulsando espacios de reflexión y acción, porque aún hay mucho por hacer.»
El evento dejó huella en cada participante, no solo en la piel y en los músculos, sino en la conciencia. Fue un recordatorio de que la lucha por la equidad no se detiene y que cada esfuerzo, cada voz y cada paso cuentan en el camino hacia una sociedad más justa e igualitaria.
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