¿Qué está pensando Antioquia?

Resumen: Descubre cómo Antioquia está marcando la diferencia en la historia de Colombia, contrastando con el bogocentrismo y promoviendo el desarrollo nacional. ¡Conoce más aquí!

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Dicen que cuando el país estaba en momentos de quiebre histórico y vientos turbulentos, el viejo López Pumarejo preguntaba, «¿Qué está pasando en Antioquia?». Parece que la historia es cíclica y repetitiva, pero con nuevos protagonistas que moldean las naciones y las regiones.

Contrasta de modo radical, como la noche al día, lo que está sucediendo con el estado nacional en comparación con el departamento de Antioquia. El bogocentrismo, que recauda el 84% de las rentas estatales, las derrocha con voracidad de nuevo rico en burocracia innecesaria e improductiva, gastos suntuosos, nuevos ministerios, nuevas embajadas, viajes al exterior con acompañamiento sin consideraciones, entre otros gastos superfluos; todo esto se opone a la iniciativa más adelantada de las últimas décadas, construida en la región de Colombia que más puede aportar al desarrollo de la periferia nacional y al país en su conjunto.

La historia nos enseña que durante la vigencia de la Constitución de 1863 de Los Estados Unidos de Colombia, con sus nueve estados soberanos, el país y particularmente Antioquia dieron el salto a la prosperidad al liberarse de los amarres centralistas, lo que permitió la creación de instituciones de educación técnica e impulsó procesos que alentaron el desarrollo en la construcción de caminos, del ferrocarril y de la minería, agricultura y comercio, pasando de ser en el siglo XVIII «la más atrasada del reino a la más opulenta», como lo presagió Mon y Velarde.

¡Claro! La nación bajó su recaudo del 92% de las rentas estatales al 48%, el recaudo municipal pasó del 5% al 22% y el de los Estados Soberanos se incrementó del 3% al 22%. Eso es precisamente lo que Antioquia está pensando para beneficio nacional. Que Colombia pase a formar parte del 16% del club de naciones autonómicas y federales que más aportan al producto interno bruto mundial y a la riqueza universal, contribuyendo con el 70% de ésta y alejándose del 84% del club de países centralistas que reproducen la pobreza, aportando escasamente el 30% de la riqueza universal.

El agitador permanente que tenemos de presidente afirma que «este referendo propuesto lo único que construiría es más pobreza en la mayor parte de los departamentos de Colombia. Concentrar los recursos en una región es el mayor acto de egoísmo social que se puede hacer en la historia de un país…». Pero dos cosas sí reconoce de manera contundente: que después de 138 años de centralismo se ha construido pobreza en la mayor parte de los departamentos del país y que el aporte de Antioquia es vital para las finanzas nacionales.

Eso es lo que está pensando Antioquia de la mano de su gobernador Andrés Julián Rendón: avanzar hacia la autonomía fiscal de las regiones de Colombia, con rentas propias recaudadas en el territorio. El centralismo fiscal en ejercicio desde el siglo XIX ha generado mayor pobreza, que se reproduce década tras década en los departamentos. Y a aquellos con generación de menores rentas, se atenderán con un fondo común que contempla la idea del referendo, garantizándoles mayores recursos que los actualmente destinados por el presupuesto de la nación.

Decía el General Rafael Reyes en 1905, tras salir de la guerra de los mil días, que el país requería «menos política y más administración», más gerencia. Eso es lo que está pensando, y desde ya, haciendo Antioquia. Con el recaudo del 86% de las rentas estatales, la Nación y sus mandos están en bacanales de derroche a borbotones, despilfarros nunca vistos y corrupción desbordada en todos los niveles, semejando una piñata infantil inacabable.

Esa es la noche centralista, en contraste con la alborada que surge en la región antioqueña, donde se recauda, en conjunto, el 4% de las rentas; con recorte del empleo improductivo y burocrático, austeridad en el gasto, ahorro en funcionamiento, achatamiento del estado elefantiásico que genera mayor inversión social, desvío de recursos hacia el desarrollo, generación de empleo productivo, un estado más fuerte y con mayor capacidad para ocupar la totalidad de su territorio; Andrés Julián Rendón está dando ejemplo nacional de la cierta y real gerencia pública que interpreta completamente al país nacional y pone a pensar al país político e introduce el cuerpo de doctrina en el que se ha formado, para beneficio de las comunidades abandonadas y relegadas históricamente del presupuesto público, en un ejercicio de austeridad suprime 17 secretarías, adelgazando el estado burocrático innecesario e improductivo y generando 69 mil millones de ahorros para inversión.

¡Claro! A López Pumarejo, hace 90 años como ahora, le asiste la razón: «El meridiano político nacional pasa por Antioquia».

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Redacción Minuto30

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