En Navidad y Año Nuevo nuestro cuerpo asimila cantidades a veces exorbitantes de comida y bebida. En muchas ocasiones debemos tener cuidado para que no desequilibre nuestra salud.
Mesas repletas de comida, brindis con la familia y después con amigos, neveras repletas de sobras para el día siguiente… Las Fiestas de fin de año colaboran para que la mayoría de la gente tenga un cierre de año poco saludable.
A pesar de toda la felicidad para muchos en estas fiestas, hay que tener en cuenta que alimentarnos de forma incorrecta es negativo para la salud.
Algunos de los peligros que traen aparejados el comer en exceso durante las fiestas son:
– Accidentes cardiovasculares: Un importante porcentaje de la población sufre de hipertensión y colesterol. Si bien durante el año uno puede cuidarse, las tentaciones en Navidad son importantes y los excesos en esta época del año en forma de alcohol, comida grasa y llena de azúcares pueden elevar los accidentes cardiovasculares.
– Aumento de peso: Las largas sobremesas en las que no solo no se retira la comida sino que además se añaden bombones, turrones y demás dulces, provocan que comamos ese tipo de alimentos durante varios días. Esto da como resultado que al finalizar las fiestas nos encontremos con medio kilo de más, una cifra que pone en alerta a la comunidad médica por las alarmas continuas por obesidad.
– Dolor estomacal: La ingesta de comidas pesadas también pasa factura en forma de digestiones muy incómodas que nos pueden llevar a la desagradable sensación de pesadez, dolor estomacal, ardor, acidez, diarrea o vómitos.
– Ingesta de alcohol: En la mayoría de los casos las comidas están acompañadas por grandes cantidades de alcohol. No solo es peligroso para conducir, porque ponemos en peligro nuestras vidas y las de los que nos rodean, sino que también nos provoca un aumento de peso y posibles intoxicaciones.
Algunas recomendaciones para controlar esos excesos son:
– Ser razonables con las porciones: Podemos comer algo especial y más calórico que lo acostumbrado, pero en raciones normales o incluso más discretas, debido a que son muy grasas.
– Es importante poner esfuerzos en masticar bien, comer despacio y de ser posible, combinar el agua con el vino. Se debe tener en cuenta que si sabemos que comeremos un menú más recargado que de costumbre, hagamos una cena ligera y depurativa con verduras, frutas y mucho líquido.
– Antes de las fiestas podemos ayudar a nuestro cuerpo a pasar por el ‘trance’ de los atracones. Menos carne y más pescado, verduras a la plancha o al vapor, mucha agua y ejercicio. De esta forma, cuando llegue fin de año estaremos en buena forma física y nuestro estómago limitará la cantidad de comida que admite (porque antes no habremos estado forzando) y cuando pasen las fiestas, compensaremos los excesos y volveremos a nuestro peso de forma más rápida.
– No hay que olvidar que los cambios drásticos en la alimentación afectan a la salud y esto puede derivar en un desequilibrio del sistema inmunológico y por lo tanto, en la alteración de las defensas.