Los países bañados por el océano Pacífico están llamados por la complementariedad de sus economías a iniciar una nueva era en sus relaciones basadas en el comercio, la integración y la cooperación, según la reunión del «Diálogo de Cartagena» que concluyó hoy en esta ciudad.
El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, fue el encargado de clausurar la cita que durante tres días reunió a autoridades, empresarios y académicos para discutir las perspectivas de la integración transpacífica a partir de los elementos comunes de la Alianza del Pacífico y del bloque Asia-Pacífico.
La Alianza del Pacífico está formada por Colombia, Chile, México y Perú, mientras que Panamá es uno de los 32 países observadores de esta iniciativa de la que aspira a convertirse en miembro pleno.
Según Varela, el futuro de la Alianza del Pacífico y de la integración transpacífica «serán muy promisorios» porque están en «el camino correcto para dar paso a una nueva era de las relaciones entre dos regiones del mundo que comparten proyecciones sostenidas de crecimiento económico y cuyas economías presentan grandes complementariedades».
«Me complace ver que esta Alianza ha ido más allá de ser un foro comercial entre países que comparten un océano para convertirse en un mecanismo efectivo de integración y cooperación», agregó.
En el «Diálogo de Cartagena» representantes de más de 20 países debatieron las visiones que cada orilla del Pacífico tiene de la otra y las posibilidades que se abren con el surgimiento de la Alianza, un mecanismo de integración enfocado en la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.
Colombia reconoce que a diferencia de Chile, México y Perú, sus socios en la Alianza, por su situación política interna se enfocó en países estratégicos más cercanos y llegó a Asia «veinte años tarde», según su canciller, María Ángela Holguín, pero ahora busca proyectarse a la otra orilla del Pacífico.
«El próximo paso es el Asia Pacífico que es una región muy importante en nuestra agenda», dijo hoy el ministro colombiano de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien anunció que a fines de este mes hará una visita a Corea del Sur, país con en el que se firmó un acuerdo de libre comercio, y también tiene previsto visitar Japón, con el que se negocia un acuerdo de asociación económica.
En el panel final de este domingo, dedicado a la agenda de cooperación transpacífica, Marty Natalegawa, exministro de Relaciones Exteriores de Indonesia, aseguró que dado el potencial de las dos regiones involucradas en este proceso, lo que hagan en conjunto tendrá «un impacto significativo en el desarrollo mundial».
Natalegawa aseguró que hay campos muy amplios para cooperación en áreas como la economía, la política y la seguridad, pero advirtió de que es necesario pasar de las propuestas a la acción para empezar a darles forma.
El delegado indonesio destacó que uno de los asuntos prioritarios es la conectividad desde el punto de vista físico e institucional, a lo cual añadirá valor un diálogo transpacífico como el propuesto en la cita de Cartagena.
Natalegawa propuso pensar en una «autopista marítima de la seda» para facilitar el comercio entre Asia y Latinoamérica por el Pacífico, de la misma forma como la «Ruta de la Seda» ayudó al florecimiento de las caravanas entre China y el resto de Asia y Europa hace más de 2.000 años.
Pese a que este foro fue concebido como un espacio de diálogo estratégico, sin poder decisorio, los participantes destacaron la importancia de establecer canales de discusión sobre las posibilidades que se abren para los dos continentes con costas sobre el Pacífico.
«El objetivo es probar la fuerza de la idea transpacífica políticamente e invitar a los países de Latinoamérica a que jueguen un papel más grande en este desarrollo y, al mismo tiempo, invitar a los países asiáticos a que perciban a Latinoamérica como una región verdaderamente estratégica», dijo John Chipman, director general del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), organizador del foro. Jaime Ortega Carrascal | Cartagena (Colombia), 8 mar (EFE)