La economía mundial continúa en un estado de fragilidad, una década después de la crisis financiera y las guerras comerciales, que revela «un estado de malestar profundo», se afirma en el informe anual de la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
El estudio, publicado hoy, señala que aunque la economía global se viene recuperando desde comienzos de 2017, el crecimiento sigue siendo intermitente y en muchos países «se mantiene por debajo de su potencial».
«Las presiones inmediatas relacionadas con la subida de aranceles y los flujos financieros volátiles están aumentando, pero estos síntomas de inestabilidad mundial reflejan fallas más profundas, como la insuficiente respuesta que se ha dado a las desigualdades», explica.
El informe agrega que las recientes rondas de aumentos de aranceles -en una guerra comercial en la que los protagonistas clave son China y Estados Unidos- perturbarán el sistema comercial, basado cada vez más en las cadenas de valor.
Si la escalada de represalias comerciales entre Washington y Pekín se agrava podría aumentar las incertidumbres y generar una disminución de las inversiones a mediano plazo, lo que tendría graves repercusiones en países que ya enfrentan dificultades financieras.
Los expertos de la UNCTAD examinan la forma en que el poder económico se ha ido concentrando en un número cada vez mas pequeño de empresas transnacionales y las repercusiones que esto tiene en la capacidad de los países en desarrollo para beneficiarse del comercio internacional y de las tecnologías digitales.
De acuerdo con los datos del informe, las grandes economías emergentes están en plena recuperación este año y los exportadores de productos básicos pueden esperar una mejora siempre y cuando los precios se mantengan firmes.
Se precisa que, con excepción de Rusia, el crecimiento de Brasil, India, China y Sudáfrica depende en gran medida de la demanda interna.
Sin embargo, la UNCTAD sostiene que «se ciernen nubes de tormenta económica» y que una de las mayores razones de esto es la deuda global acumulada.
Esa deuda asciende actualmente a 250 billones de dólares y es un 50 % mayor de lo que era cuando estalló la crisis financiera y tres veces el tamaño de la economía mundial.
«La deuda privada, en particular la deuda de las empresas, está detrás de ese aumento», se explica.
En términos de comercio, el organismo de la ONU afirma que a nivel mundial éste se encuentra cada vez más dominado por grandes empresas.
En promedio, el 50 % de las exportaciones de un país es realizado por un 1 % de empresas exportadoras.
A pesar de sus críticas, de sus proyecciones inquietantes y de la convicción de que «la hiperglobalización no ha beneficiado a todos», la UNCTAD advierte que sería equivocado concluir que la solución es la vuelta al nacionalismo, como tampoco lo es la intensificación del libre comercio.
EFE