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Resumen: El delantero Marino Hinestroza se convirtió en el centro de atención tras anotar un golazo en el partido entre Atlético Nacional y Junior. Su particular celebración, que simulaba pescar y devorar un tiburón, símbolo del Junior, generó polémica y fue interpretada por muchos como una provocación. A pesar de esto, se aclaró que la celebración no fue la causa de los violentos enfrentamientos entre las barras bravas.
Otro de los temas que se han tomado las redes sociales, además de los hechos violentos en el estadio Atanasio Girardot, fue la particular celebración de Marino Hinoestroza.
El extremo derecho de Atlético Nacional, figura del juego en los 54 minutos disputados, fue el encargado de convertir el segundo gol del compromiso.
Y fue más que un gol, fue un tremendo golazo que nació de los pies de Edwin Cardona que le sirvió un tremendo pase a Marino.
El extremo verdolaga no se dejó tumbar del juniorista que intentó derribarlo, avanzó, y dentro del área amagó hacia adentro, luego hacia afuera y ante la salida de Mele, la mandó al fondo.
Tras la soberbia anotación, Marino corrió hacia la esquina donde se une la tribuna norte con oriental.
Allí, se separó de Román que quería celebrar con él y se puso las dos manos en su espalda formando una aleta de tiburón.
Posteriormente, Marino hizo el gesto del pescador, lanzando el anzuelo, enrollando y luego devorándose al tiburón.
Luego, para concluir la celebración, Marino se fue hacia el banderín de la esquina e hizo el gesto de limpiarse la boca tras comerse la presa pescada.
La particular celebración fue tomada por muchos como un acto de provocación a los junioristas.
Muchos aseguran que fue esa celebración la que generó los actos violentos en la tribuna, teoría que fue descartada.
La gresca se generó en una tribuna distinta al lugar donde celebró Hinestroza y estuvo originada por el robo de uno de los trapos colgados en la tribuna noroccidental.
La violenta pelea empaño el tremendo golazo y de paso un partido de buen ritmo.
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