Entidades como Planeación Nacional ya habían advertido que una avalancha en Mocoa era una posibilidad real y podía ser devastadora. En 2016, este organismo explicó que la pluviosidad en esa zona del país podría tener efectos trágicos.
En su momento, Planeación señaló que los departamentos de Tolima, Huila y Putumayo y sus ciudades eran los más susceptibles a avalanchas y deslizamientos durante temporadas invernales. Como consecuencia, el organismo solicitó a los gobierno locales la implementación de planes de ontingencia y prevención en sus territorios.
Putumayo, como lo advirtió Gestión del Riesgo y el Ideam, hace parte de las 18 gobernaciones que no cuentan con planes de contingencia ni con oficinas para la atención de desastres, como el Dapard de Antioquia. Amazonas, Arauca, Boyacá, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Guainía, Guaviare, Norte de Santander, Risaralda, San Andrés, Sucre, Vaupés y Vichada también hacen parte de esa lista.
Mocoa, por otro lado, tampoco contaba con oficina de gestión del riesgo, situación en la que se encuentran ciudades como Riohacha, Cartagena, Santa Marta, Valledupar, Sincelejo, Montería, Cúcuta, Bucaramanga, Pereira, Armenia e Ibagué.
Una advertencia similar había hecho la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía, Corpoamazonía. Cosultado por la revista Semana, el director de esa institución Luis Alexander Mejía, mencionó que la tragedia obedece al uso inadecuado de suelos.
“En la tarde del sábado sobrevolamos las vertientes de los principales cauces de los ríos Taruca, Conejo, Sangoyaco, Mulato y Mocoa, donde pudimos determinar que el uso inadecuado del suelo en estas zonas activó antiguos deslizamientos y generó unos nuevos. Se vivió un fenómeno con características similares a otro ocurrido hace 50 años en esta misma zona antes de que estuviera poblada”, dijo Mejía a ese medio.
El director mencionó además que Corpoamazonía y la gobernación del Putumayo ya habían hecho unos estudios que señalaban la posibilidad de que un evento de este tipo ocurriera. Los estudios sin embargo se encontraron con que Mocoa no tiene un Plan de Ordenamiento Territorial actualizado.
«Por eso ha sido complejo concertar e implementar los determinantes ambientales en la ciudad. Es un tema de uso inadecuado de los suelos que agrava este tipo de eventos. Hace nueve meses los estudios revelaban que algo como esto podía pasar”, explicó Mejía.
Por su parte, Marina Mantilla, directora del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), explicó que la deforestación es también una de las grandes culpables en el desastre de Mocoa: en el departamento de Putumayo, 9.000 hectáreas habían sido deforestadas a 2015.
Para Mantilla, la deforestación y la lluvia «son una sumatoria complicada y un caldo de cultivo para que lo que está mal se vuelva peor», explicó la Revista.