San José, 23 ago (EFE).- La región de las Américas ha tenido avances en el desarrollo de iniciativas y políticas para el empoderamiento de las mujeres rurales, pero aún hay mucho camino por recorrer y grandes obstáculos para continuar cerrando las brechas históricas.
Así los afirmó un grupo de ministras de Latinoamérica, el Caribe y Canadá, quienes participaron en el IV Foro de Ministras, Viceministras y Altas Funcionarias, organizado en Costa Rica por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Las funcionarias de Perú, Colombia, Honduras, de la Comunidad del Caribe (CARICOM), Canadá, Brasil, y San Vicente y las Granadinas, reseñaron iniciativas que se llevan a cabo en sus respectivos países para impulsar el empoderamiento de las mujeres rurales y señalaron los retos que siguen pendientes.
Uno de los puntos de discusión fue la economía del cuidado como una de las brechas de género. El IICA indicó que en todo el continente las mujeres rurales destinan más horas semanales al trabajo doméstico no remunerado en comparación tanto con los hombres que viven en el campo como con las mujeres de las ciudades.
“Existen 54 millones de mujeres rurales que realizan labores importantes en la producción de alimentos. Sin embargo, una de cada tres mujeres no tiene ingresos propios”, dijo la ministra de Desarrollo Agrario y Riego de Perú, Nelly.
La funcionaria precisó que en su país las mujeres rurales trabajan 12 horas y media más por semana que los hombres y que el 62 % de ese tiempo corresponde a tareas no remuneradas.
En el caso de Colombia, 4 de cada 10 mujeres rurales sufren pobreza extrema y la carga de trabajo de cuidado no remunerado triplica la de los hombres, mientras que solo el 26 % de las unidades productivas agrícolas están en cabeza de mujeres, comentó la ministra colombiana de Agricultura y Desarrollo Rural, Jhenifer Mojica.
Por su parte, la secretaria de Estado de Agricultura y Ganadería de Honduras, Laura Suazo, comentó que las respuestas para reducir las brechas están en “crear más oportunidades, más educación y propiciar mejores salarios para las mujeres", así como crear espacios de cuido de bebés o que propicien una mayor flexibilidad para las mujeres embarazadas y las que están amamantando.
En el foro se expusieron los ejemplos de Brasil y Canadá, países que tienen iniciativas para apoyar financieramente a las mujeres que quieren emprender sus propios proyectos y alcanzar la autonomía económica y productiva.
El director general del IICA, Manuel Otero, subrayó que la ruralidad en la región “tiene una clara identidad machista" y que "lo primero que hay que hacer es reconocerlo”.
"El futuro de la agricultura, de esa agricultura sostenible a la que todos aspiramos, tendrá sentido si promovemos la igualdad, la justicia social y si, a través de la mujer, podemos incorporar todas las oportunidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías para producir alimentos de calidad más sanos, más abundantes y en armonía con la naturaleza”, concluyó Otero.
Por: EFE