El médico cirujano, psiquiatra clínico y salubrista público, Juan Luis Castro Córdoba, hijo mayor de la fallecida líder política Piedad Córdoba, está convencido que el paso del tiempo y la madurez de la sociedad colombiana, le darán a su señora madre el reconocimiento y la gratitud por su trabajo político, siempre en contra de la corriente.
Es tal el convencimiento de Castro Córdoba de la huella política que dejó su mamá en el país, que no duda en señalar que de su terquedad, tenacidad y empeño, de su obsesión por abrir escenarios de paz para Colombia, que después de mucho tiempo el Estado y las Farc firmaron el acuerdo de La Habana y allí Piedad aportó su granito de arena.
En junio de 2007, cuando se conoció el asesinato de 11 de los doce diputados del Valle del Cauca secuestrados por las Farc en abril de 2002, Piedad Córdoba tomó la decisión de no seguir impávida ante las atrocidades del conflicto y emprendió en solitario una cruzada por lograr la liberación de todos los secuestrados en poder de ese grupo guerrillero y al mismo tiempo allanar el camino para unos posibles o eventuales diálogos de paz.
De ese fatídico hecho que le dio la vuelta al mundo, nació Colombianos y Colombianas por la Paz, un esfuerzo por bajar la intensidad de la confrontación interna, buscar una acuerdo humanitario que devolviera a la vida y a la libertad a los cientos de secuestrados, mitigar el sufrimiento de miles de familias y poblaciones, y al mismo tiempo nacieron la persecución, los señalamientos y la estigmatización en su contra., recuerda Juan Luis Castro, el hijo mayor de Piedad Córdoba.
Dialogamos con el exsenador, sobre las vicisitudes que vivió su mamá en el trajinar político, los problemas que se ganó por enarbolar las banderas de causas que nadie quería asumir, por decir lo que decía y nadie quería decir, por la terquedad y determinación con la que asumía una tarea, una causa, una lucha y por el sinnúmero de enemigos que se ganó por decir las cosas que dijo, a quien se las dijo y en el momento en que las dijo.
“Ella nunca se arrugó, nunca le daba miedo, era como conocer a Superman pero en persona, era como conocer a alguien que no tenía miedo ni le importaba lo que dijera la gente, que eso en últimas termina siendo valor, valentía, carácter y eso es lo que la define a ella como persona y su carácter en la política. Enarbolaba causas o decía cosas que eran muy impopulares y que de una u otra manera nadie quería enarbolar o decía las cosas que nadie quería decir. Era muy leal a sus amigos, muy leal a sus causas así las cosas se pusieran supremamente difíciles, ella nunca saltaba del barco ni dejaba el barco sin timón”, asegura Juan Luis Castro.
Y agrega, “No he conocido a nadie que sea tan testarudo en la defensa de sus ideas y de lo que creía hasta lo último, uno le decía hombre no te metas en eso, por qué no te metes en otros temas más fáciles y ella cuando se convencía de algo lo hacía, no le importaba lo que dijeran de ella; hacía lo que pensaba que se debía hacer, ella es como una fuerza indómita de la naturaleza, era como decirle al viento que no fluyera o como decirle al sol que no saliera, cuando a ella se le metía algo en la cabeza lo hacía, si decía que iba a hacer algo que ella creía con firme convicción y no tenía duda, era imposible hacerla cambiar de opinión”.
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El exsenador del Partido Verde, no duda en señalar que los sacrificios y riesgos asumidos por su mamá en el esfuerzo por lograr la liberación de secuestrados, terminaron convirtiéndose en la semilla de los diálogos de paz; las misma que se cosechó con la firma del acuerdo de La Habana en Cartagena y después en el teatro Colón de Bogotá.
“Lo que te puedo decir es que lo que fue el proceso de paz, si marcó un punto de inflexión en la carrera política de ella y en la vida de nosotros su familia, sus hijos, cuando ella se metió en el tema de los secuestrados, que realmente no era solo liberar los secuestrados, ese fue el motivo para empezar la comunicación epistolar con las Farc en su momento, fue el motivo para fundar Colombianos y Colombianas por la paz, pero la idea era llegar a un proceso de paz y se dio, eso siempre ella lo dijo. Estoy absolutamente convencido que si ella no se hubiera metido en la liberación de los secuestrados y en la conversación epistolar con las Farc, no hubiéramos tenido proceso ni acuerdo de paz con las Farc. Como todo en la vida, los frutos se los llevaron otros en su momento, pero es innegable que la que inició el proceso de paz y la que inició todo esto que llevó a la firma de los acuerdos fue Piedad Córdoba”, puntualizó Juan Luis Castro.
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El hijo de Piedad también habla de cómo en su paso fugaz por la política probó cucharadas de las vicisitudes que pasó su mamá, al punto de señalar que en su momento revelará con pelos y señales los comportamientos poco éticos y hasta delincuenciales de muchas personas que se autocalifican de líderes políticos y a quienes señala de ser líderes de papel, con intereses particulares y sin compromiso con la sociedad.
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