Si piensas a lo grande, grandes cosas conseguirás en tu vida.
Desde que era niña veía a mi madre lo bella que se arreglaba en las mañanas. Aún siendo una mujer maltratada por mi padrastro, se tapaba los golpes con maquillaje, usaba grandes gafas estilo Jackie Kennedy Onassis, y se vestía hermosa. Llegaba a la escuela donde era la maestra preferida de todos.
El perfume que ella usaba cuando yo era niña era Chanel # 5. Le encantaba vestir muy bien, usar carteras de diseñador que compraba en sus viajes en crucero en las islas del Caribe. Sin embargo, se quitaba un bocado de su boca para darlo a otros. Le encantaban las cosas como ella misma llamaba ¨finísimas y carísimas¨ pero tenía un corazón lleno de humildad y nunca discriminaba contra nadie.
Siempre me decía ahorra, incluso me escribió un listado de cantidades a ahorrar por semana para que cuando fuese mayor fuese autosuficiente. Mi madre era una mujer revolucionaria, inteligente y bella. Tenía su casa decorada con todos los recortes de periódicos de columnas que escribía con mis fotografías como bailarina y abogada, montadas bellísimas. ¡Su casa parecía mi museo! Estaba muy orgullosa de mí y creía en mí sin dudar. Quería fuese abogada y lo logré inspirada en mujeres como ella que sobrevivieron el maltrato.
Entre las muchas lecciones de vida valiosas que aprendí de ella, siempre resaltaba esa mentalidad de grandeza. Me decía que en la vida teníamos derecho a tener lo mejor. Como también, que tenía el potencial de concretar los logros que otros veían inalcanzables. Siempre me decía: ¨Hija querida, utiliza tus talentos, belleza e intelecto para lograr lo que quieras. Nadie puede decirte que no, solamente tú misma. No existen límites. *
Mi madre logró salir de una vida de maltrato con mucha valentía. Me acompañó hasta su último día con entusiasmo y alegría. Aun en su enfermedad terminal jamás la escuché quejarse. Al contrario, siempre tenía una frase de aliento. En las mañanas cuando la llamaba me decía: *Hoy vamos a tren un gran día *. No era una mujer perfecta, pero era una mujer con una mentalidad de abundancia. De grandeza. Sin perder la sencillez de su alma. Tal vez por eso cuando falleció la catedral estuvo llena de tantos estudiantes agradecidos. Tuvimos que mi hermano Tito y yo ir al estrado en dos ocasiones para avisar que había terminado la misa, pues el sacerdote tenía la siguiente. Porque todos se quedaban inmóviles sin deseos de despedirse de esa maravillosa mujer.
Mi padre por su parte, siempre me ha dicho que voy a lograr muchas cosas grandes en mi vida. Sin embargo, me dice que nunca olvide quien soy. Sobre todo, que lo más grandioso que podemos tener es la sencillez.
Algo si me he dado cuenta con el paso del tiempo, y es que la sencillez se lleva en el corazón, pero que es divino vivir en abundancia y con mentalidad de grandeza. Poder tener una vida sin problemas económicos, poder ayudar a los que necesitan, Si piensas a lo grande, grandes cosas conseguirás en tu vida. Lo digo por experiencia propia No te conformes. Lo puedes lograr todo. Que sea esa mentalidad de grandeza que rija tu vida en el 2025 y siempre.
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