Los talibanes anunciaron este viernes que firmarán un acuerdo con Estados Unidos el próximo 29 de febrero, tras más de un año de negociaciones en Catar, una información confirmada casi simultáneamente por el Departamento de Estado estadounidense.
«Tras las largas negociaciones entre el Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) de Afganistán y los Estados Unidos de América, ambas partes han acordado firmar el acuerdo en presencia de observadores internacionales» el sábado 29 de febrero, afirmó la formación insurgente en un comunicado.
Ambas partes «crearán una situación de seguridad adecuada» e invitarán a «numerosos» representantes de diferentes países y organizaciones internacionales a la firma del acuerdo, según los talibanes.
Los insurgentes y Washington avanzarán además hacia «la liberación de prisioneros» y la «retirada de todas las fuerzas extranjeras», de acuerdo con el comunicado.
La retirada de tropas estadounidenses, que mantienen en el país entre 12.000 y 13.000 efectivos, era una de las peticiones clave de los talibanes e igualmente un objetivo electoral del presidente de EE. UU., Donald Trump, que había prometido reducir al máximo la presencia militar en la nación asiática.
Los talibanes indicaron que el acuerdo «estructurará un camino» para el inicio de conversaciones de paz intraafganas, vistas como un paso clave para acabar con dos décadas de guerra en Afganistán.
Sin embargo, el comunicado no menciona en ninguna ocasión al Gobierno afgano y asegura que las conversaciones de paz serán «con varios partidos políticos del país».
Los talibanes tampoco hicieron referencia a su compromiso de reducir la violencia en Afganistán durante siete días, que comienza a partir de la medianoche de este viernes, según anunció hoy el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) afgano.
El secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, anunció también en un comunicado que la firma del acuerdo será el día 29, aunque remarcó que está condicionada a la «implementación exitosa» del periodo de reducción de la violencia.
Estos siete días de hostilidades reducidas son vistas como una prueba para verificar si los talibanes están realmente comprometidos con la paz, así como para probar si la cúpula insurgente tiene autoridad sobre sus soldados desplegados en el terreno.
Las negociaciones intraafganas empezarán tras la firma del acuerdo, y «se impulsarán en este paso fundamental para llegar a un alto el fuego completo y permanente», indicó Pompeo.
Además, Pompeo recurrió a la red social Twitter para afirmar que «tras décadas de conflicto, hemos llegado a un entendimiento con los talibanes sobre una reducción significativa de la violencia en Afganistán».
«Este es un paso importante en la larga ruta hacia la paz, y pido a todos los afganos que aprovechen esta oportunidad», dijo Pompeo.
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