En el undécimo año de trabajo en el yacimiento del Templo de Millones de Años de Tutmosis III, la misión dirigida por la arqueóloga española Myriam Seco ha concluido las excavaciones que dejan por fin al descubierto los muros exteriores de un monumento olvidado en los años 30 y engullido por la arena.
«Es una noticia muy buena que hayamos terminado de excavar las terreras fuera de los muros perimetrales», asegura a Efe Seco en referencia a las excavaciones que se llevan a cabo en el exterior del templo (1490-1436 a.C.), ubicado en la ciudad monumental de Luxor, en el sur de Egipto.
«Hemos avanzado muchísimo, todavía queda una gran parte por excavar, pero el interior del templo se puede terminar en pocos años y ya hemos empezado con la musealización», dice la arqueóloga antes de participar en un acto sobre arqueología organizado ayer por el Instituto Cervantes de El Cairo.
La española lleva desde 2008 liderando la misión que asumió el desafío del que el suizo Hebert Ricke desistió en los años 30 del siglo pasado, tras lo cual el templo de Tutmosis III quedó abandonado, olvidado y enterrado bajo la arena del desierto de Luxor, en la orilla occidental del Nilo, donde se encuentran una gran cantidad de monumentos del Antiguo Egipto.
Aunque la misión se concentra actualmente en la terraza superior del templo del «faraón guerrero», en la campaña arqueológica del pasado otoño fueron excavadas también dos tumbas nuevas de una de las tres necrópolis que se han descubierto hasta el momento en el yacimiento.
Entre las necrópolis, destaca una en la que fueron enterradas 50 personas de estrato social bajo que vivieron durante la XI Dinastía (2150-1990 a.C.) y cuyas tumbas no fueron saqueadas, puesto que su humilde condición nunca llamó la atención de ladrones o cazatesoros.
«Estamos encontrando ajuares intactos que nos están dando mucha información», explica Seco, refiriéndose a dicha necrópolis.
Por otra parte, la sevillana destacó que una de las zonas del templo más destacadas, el segundo patio, se ha terminado de excavar en su totalidad y se está trabajando para hacerla accesible al público.
«En unos años el yacimiento se abrirá al publico y crearemos circuitos para visitarlo con paneles explicativos. Es un reto por la importancia de Tutmosis III y porque podemos explicar más de mil años de historia del Antiguo Egipto», subraya.
Las tumbas que se encuentran en las inmediaciones del templo abarcan desde el Imperio Medio hasta la Época Tardía, separadas por cerca de 1.300 años, las más antiguas datan de por lo menos tres siglos antes del nacimiento de Tutmosis III.
Los nuevos descubrimientos de la campaña de 2018 aportarán información de la vida diaria del templo, que además de tener funciones religiosas, era un importante centro administrativo.
En este sentido, Seco apunta que, aunque todavía queda mucho camino por recorrer, las excavaciones podrían terminar en dos años y el yacimiento se podría abrir al público alrededor de 2026.
«El yacimiento ha cumplido con creces las expectativas. Ahora queda ver la manera de presentarlo al público», concluye Seco.
Carles Grau Sivera