Las acciones de Nicolás Maduro contra todo aquel que se opone a su gobierno, son muestra del despotismo y régimen absolutista en el que se encuentra inmerso el pueblo venezolano. Fuimos testigos de ello, días pasados, cuando bajo instrucciones de Maduro la Policía Bolivariana incendió dos camiones que transportaban ayuda humanitaria en la frontera Colombia – Venezuela, haciendo uso de gases lacrimógenos, que impidieron el ingreso de medicina y alimentos.
Después, conocimos a través del reportero, Herbin Hoyos, también Presidente de la Federación Colombiana de Víctimas de las FARC, la orden de Maduro de entregar la cabeza del presidente interino venezolano, Juan Guaidó, tras abandonar territorio venezolano. “Vivo o muerto” y “si es muerto mejor”, fueron las palabras que citó Hoyos en su cuenta de twitter, al recibir información de fuentes cercanas, donde también dio el nombre de la persona encargada de montar el plan, cuando Guaidó cruce frontera.
Lo anterior, pone en evidencia las pretensiones de Maduro de seguir intimidando a sus opositores en su deseo por no perder protagonismo y callar la realidad que vive la Nación.
Ahora, ni hablar del indecoroso incidente en medio de una entrevista hacia el conductor mexicano de Univisión, Jorge Ramos, junto a su equipo de producción, en el que fueron retenidos por dos horas en el Palacio de Miraflores, cuando Maduro molesto por las preguntas que le hacía Ramos sobre la situación del país, decidió en un acto exabrupto parar la entrevista y decomisar los equipos y pertenecías de todo el equipo.
En medio de la entrevista, Ramos le mostró un video de un grupo de ciudadanos venezolanos recogiendo y consumiendo restos de comida de un camión de la basura, para sorpresa del periodista la reacción de Maduro no se hizo esperar, a su estilo ordenó apagar las luces del recinto y obligar a los presentes a entregar sus celulares con sus claves personales.
Para fortuna del equipo, lograron salir del recinto. Al llegar al hotel, tomaron un vuelo rumbo a Miami, donde Ramos aseguró que, si ello le había pasado a él y a su equipo, no imaginaba lo que estaba sucediendo entonces con los periodistas venezolanos.
Una a una se suman todas las escenas y actos de cobardía a los que responde Maduro al no reconocer la crisis en la que se encuentra el país. Su insistencia por rechazar la intervención de la comunidad internacional, asegurando que todo se encuentra bajo control, hacen más que necesario replantear las opciones para que se dé una transición de gobierno.
Por otra parte, hay que tener presente que, mientras la Guardia Nacional Bolivariana continúe apoyando al gobierno, sumado al respaldo e intervención de los colectivos, el régimen seguirá gobernando bajo el monopolio de la Fuerza Pública, cuestionando la legitimidad de su ejercicio. Además de, reducir las posibilidades de que se presente un cambio de administración y, por el contrario, se pongan sobre la mesa las opciones menos deseables.
Para finalizar, hay que destacar el liderazgo de la comunidad internacional que, pese a las críticas de intervenir en asuntos ajenos, o ser señalados en el caso del gobierno colombiano de apoyar una posible intervención militar, no han descuidado la tarea de hacer valer los derechos de los venezolanos, dando como ejemplo un mensaje de solidaridad, respaldando y defendiendo a quienes por mucho tiempo no han tenido ni voz ni voto.