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Resumen: La falta de compromiso del Deportivo Independiente Medellín con un proyecto a largo plazo se evidencia en la constante rotación de técnicos. ¿Dónde está la paciencia?
Desde hace tiempo Raúl Giraldo, máximo accionista del Deportivo Independiente Medellín en decisiones emotivas, y con una dirigencia sumisa encabezada por el nuevo presidente Juan Camilo Restrepo, han adoptado una fórmula predecible y cuestionable: cuando las aguas se agitan, despiden a un técnico y colocan a uno interino mientras buscan un reemplazo «en propiedad”.
Esa es la fórmula facilista, la misma que cuando contratan a un técnico hablan de procesos, pero al que no le dan ni la espera ni le tienen la paciencia si los buenos resultados no lo acompañan
La salida del “Pelón” Alfredo Arias como técnico del ‘Medallo’ puso en evidencia, una vez más, la falta de compromiso de la dirigencia con un proyecto serio a largo plazo. Es cierto que el “Rey de corazones” no estaba rindiendo como se esperaba, con problemas en ataque, falta de contundencia, sin claridad en su juego y jugadores que no aportaban lo necesario al equipo. Sin embargo, el uruguayo nos demostró que es un buen técnico, que sabe y particularmente estaba seguro de que repondría el camino ¿era realmente necesario interrumpir el proceso en plena participación de la copa sudamericana y con posibilidades de continuar? Quizás alguien dirá que como está jugando el ‘Decano’, eso era casi que imposible lograrlo y en la misma Liga. Se puede tener la razón, pero intentarlo no estaba de más. El nuevo timonel del rojo tendrá la excusa perfecta si no logra el objetivo y por ello esta dirigencia avalará cuando diga: “apenas estoy tomando el equipo y conociéndolo”.
Es una lástima ver cómo en el Deportivo Independiente Medellín se repite esta mecánica desgastada, donde no se brinda tiempo suficiente para corregir errores y mejorar el desempeño del equipo. La inmediatez con la que se toman decisiones solo demuestra una falta de visión y planificación a largo plazo. ¿Dónde queda entonces, el compromiso con el verdadero proceso de construcción de un equipo sólido y competitivo?
Es crucial que la dirigencia del Equipo del Pueblo reconsidere su enfoque y adopte una estrategia más coherente y responsable a la hora de gestionar el cuerpo técnico y la plantilla de jugadores. Se necesita un proyecto serio que incluya una revisión meticulosa de las contrataciones, evitando fichajes basados únicamente en nombres o recorridos pasados como es el caso de Baldomero Perlaza. Los intereses personales y las comisiones no pueden primar sobre el bienestar del club.
Los principales perjudicados en esta desordenada sucesión de cambios es la poderosa hinchada, que merecen un equipo que les facilite el orgullo de ser parte de la afición. Es hora de que la dirigencia asuma su responsabilidad, se comprometa con un proceso coherente y trabaje en pos de un Medellín más sólido y competitivo. El fácil camino de los despidos a la primera dificultad ya no puede ser la norma, es momento de construir sobre bases sólidas y respetar el esfuerzo de todos los que forman parte de la institución.