Bogotá, 4 jun (EFE).- Romper estereotipos, cambiar perspectivas machistas y apostar por la sostenibilidad ambiental son pilares de «La Rolita», una empresa de autobuses de la capital colombiana que capacita y emplea a mujeres conductoras en un sector tradicionalmente dominado por hombres.
«La Rolita» es una empresa de economía mixta, creada como Operadora Distrital de Transporte, y toma su nombre del adjetivo «rolo», como se le llama coloquialmente a los nacidos en Bogotá.
Patricia González es una de las trabajadoras que acude diariamente al patio de autobuses ubicado en el barrio Perdomo, en la localidad de Ciudad Bolívar, un lugar donde las cuestas se suceden y la comunicación con otros barrios de Bogotá ha sido una de las grandes deudas de la Alcaldía.
Aquí situó su base «La Rolita», que cuenta con una flota de 195 autobuses eléctricos y en la que más del 50 % de la plantilla son mujeres.
«Es un cambio total, pero es algo que ya se debería haber hecho. Muchos consorcios dañan el ambiente por todo lo que ocasiona el combustible y no hacen el debido mantenimiento de sus vehículos», expresa a EFE Patricia, que ha encontrado en «La Rolita» la posibilidad de trabajar en aquello que le gusta: la conducción.
La mujer, que es auxiliar de enfermería, explica: «sin embargo, mi papá lleva 40 años en la conducción y de niña le pedía que me dejara conducir, pero él decía que era algo para los hombres», confiesa quien no renunció a sus deseos pese a las objeciones de su entorno.
«Lo más importante fue que mi padre me dijera que está orgulloso de mí por no renunciar y seguir mi sueño», declara esta madre cabeza de familia que se sienta a diario frente al timón de los autobuses de color verde.
Patricia, junto con el resto del personal de «La Rolita», son los responsables de que en apenas nueves meses se haya ofrecido servicio a 41.000 usuarios diarios, con una red que comunica 21 barrios a través de 11 rutas respetuosas con el medioambiente.
Esta iniciativa busca expandirse a otros medios de transporte, como el cable aéreo de Ciudad Bolívar, implementar cargadores para automóviles o cambiar las rutas escolares a una flota 100 % sostenible y eléctrica.
SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL
Milton Velandia, líder del taller de «La Rolita», no oculta su satisfacción al destacar los logros alcanzados en materia de sostenibilidad. Los buses «funcionan exclusivamente con energía eléctrica limpia», lo que ha supuesto que se hayan dejado de emitir 6.000 toneladas de CO2 a la atmósfera desde el inicio de operaciones en septiembre de 2022.
Asimismo, señala los esfuerzos de la empresa transportadora en cuanto al lavado de los buses, donde han logrado acortar los tiempos de limpieza, resultando en un ahorro de hasta el 30 % de agua en comparación con los métodos tradicionales.
«Nuestra agua es tratada y reutilizada», explica Velandia, quien añade que en el patio no existen emisiones contaminantes ni ruidos molestos, lo que demuestra cómo el uso de energías limpias beneficia tanto al medioambiente como a las áreas residenciales cercanas.
LA INCLUSIÓN COMO EJE
Lograr una plantilla en la que más de la mitad de los conductores sean mujeres no es algo sencillo en un sector tan masculinizado. Por ello, «La Rolita» desarrolló un sistema de capacitaciones para que actualizaran su licencia y desarrollaran habilidades que les permitan romper los estereotipos asociados a la conducción.
Aunque no todo han sido buenas noticias. «Desafortunadamente algunas mujeres han desistido, las hemos atendido con apoyo psicológico y se han dado casos de maltrato financiero desde su entorno. Pese a ello, hemos podido dar oportunidades a muchas mujeres que tenían trabajos no reconocidos», como conductoras de Uber o vendedoras informales, reconoce la gerente de «La Rolita», Carolina Martínez.
Además, la operadora de transporte busca ayudar a otros sectores históricamente señalados a nivel social, como es el caso de la población LGTBI y de los extranjeros, quienes deben afrontar múltiples dificultades en la búsqueda de un empleo legal en Colombia.
Este proyecto sostenible e inclusivo «es para toda la población vulnerable que tiene la ciudad y que, si se nos sigue permitiendo, queremos seguir apoyando», afirma ilusionada la gerente.
Óscar Oliván Escanero y Dido Polo Monterrosa
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