Hubo poesía, música, galardones, regalos sorpresivos, olas de aplausos efervescentes e incluso lágrimas en el homenaje que los ganaderos y empresarios de la Región Caribe le rindieron anoche al presidente Álvaro Uribe.
Los agradecimientos a sus 8 años de gestión motivaron elogios que fueron desde el “mecenas de la Costa”, o el “papá de todos los colombianos”, hasta “el mejor jinete y amansador que el país ha tenido en los últimos dos siglos”.
Este último dicho por Luis Vicente Támara, director de Asoganorte, en el momento que le entregaba “un trofeo”, una opulenta silla para montar caballo. Uribe la recibió emocionado, y volvieron a retumbar los aplausos y vítores de las cerca de 900 personas que lo homenajeaban en el Club Campestre a las 9:30 de la noche.
El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, ya le había entregado la Gran Cruz de Honor de la Ganadería Pedro Castro Monsalvo, máximo reconocimiento para exaltar los méritos de quien dijo “demostró una especial sensibilidad por los temas del campo”, y sacar al país del “estado de postración”. Le recordó a Uribe que los ganaderos apoyan su candidatura desde 1996, mucho antes de que se oficializara.
Y le agradeció haber “renunciado a su vida” por 8 años, para “vivir la de todos los colombianos”. Luego el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, le entregó al Presidente la medalla Puerta de Oro, máximo galardón del Departamento, en reconocimiento a los múltiples proyectos que ha apoyado en beneficio de la Región. También le regaló un escudo de nácar con los escudos del Atlántico y de la Nación, herencia de la tradición artesanal de los inmigrantes palestinos que poblaron el departamento.
Uribe se confesó “abrumado” ante tantas manifestaciones de “infinita gratitud” que lo encumbraban como responsable de la salvación de Colombia, y dijo que como presidente solo “tenía procurado cumplir mi deber”. Guardó las palabras que le dedicaron en “el equipaje de los recuerdos”, y anunció que pondrá “ese bello escudo de nácar por ahí, cerca de los ojos, conectado con el alma hasta el final de los días”. Recorrió la historia del país en un discurso de una hora, en el que resaltó el papel del Caribe como apoyo del Libertador Simón Bolívar en sus momentos difíciles. “Gracias por permitirme sentirme hijo de esta tierra de hombres libres, bajo este esplendente sol azul”.
Advirtió que en los días que le quedan “trabajaré a 4 jornadas”. Entre los aplausos y el llanto de algunas mujeres en el auditorio, Uribe dijo que “cuando regrese a ese simple oficio de ciudadano”, estará tranquilo por la notable recuperación del sentimiento patrio que siente que logró. Aprovechó para invitar a todos los colombianos a incentivar el “amor a la patria”, con el que dice se consigue “todo lo demás”. Lanzó entonces un ¡Viva Colombia!, seguido por el estrepitoso eco de los asistentes, aplaudiendo de pie. Entonces sonaron las trompetas de un mariachi mexicano, dedicándole la canción ‘Amigo’, del brasilero Roberto Carlos.
Por Iván Bernal Marín