Un acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las guerrillas no resolverá a corto plazo el problema del desplazamiento forzoso en este país porque surgirían nuevos grupos armados, advirtió el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El representante adjunto de ACNUR en Colombia, Martin Gottwald, aclaró que si bien «gran parte de la violencia» acabaría con la desmovilización de las guerrillas, el conflicto se mantendría por los «nuevos actores violentos».
Gottwald alertó de que «con casi 400.000 refugiados y más de cinco millones de desplazados internos a causa del conflicto armado, Colombia continúa enfrentando las consecuencias de 50 años de violencia», lo que ubica a este país como uno de los más afectados del mundo por este flagelo.
Si bien el diálogo de paz que lleva a cabo el Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba desde 2012 y las negociaciones exploratorias con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), han frenado el incremento de refugiados, estos siguen creciendo.
Sólo en 2013 la cifra de desplazados aumentó en al menos 219.405 personas hasta alcanzar los 5,9 millones, según la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes), una organización no gubernamental especializada en analizar este problema.
«Las cifras bajarán a mediano y largo plazo», indicó Gottwald, quien explicó que las nuevas bandas presentan, en contra de las guerrillas, motivaciones criminales que afectan particularmente a cascos urbanos donde se concentra la mayoría del desplazamiento. Son los casos de Buenaventura, la localidad de Soacha, o las barriadas de Medellín o Cali.
Según Gottwald, en Colombia hay «entre 50 y 100 grupos criminales», más allá de las guerrillas, los que han generado «una crisis humanitaria en muchas partes del país causada por los abusos graves».
«Si el Estado no actúa en estas regiones entrarán nuevos grupos y empezará de nuevo la persecución contra las comunidades», alertó Gottwald
El funcionario insistió en que el Estado debe aumentar su presencia en todas las regiones, en concreto en las áreas ocupadas por las FARC para evitar que allí se constituyan nuevos grupos una vez firmada la paz.
Dijo que se trata de un «proceso de integración» que precisa coordinación.
«Lo más importante es no caer en la trampa de pensar que apenas se firme un acuerdo de paz se acaba el desplazamiento forzado», insistió, al dejar claro que este es un proceso «lógico y natural», tal y como ha ocurrido en posconflictos de otros países. EFE