Nueva Delhi, 14 dic (EFE).- La escasez de productos o habilidades específicas, la falta de conocimientos y un mercado altamente proteccionista con severas restricciones a la importación impiden a la gastronomía española trasladar su prestigio a la India, un país con 1.400 millones de consumidores que no acaba de tragar con los productos procedentes de España.
La paella, las croquetas, el jamón ibérico u otros platos característicos de la cocina española apenas encuentran su espacio en los menús de los miles de restaurantes que dicen servir comida europea en la India, que en su lugar apuestan por otros sabores más apreciados en el subcontinente, de la gastronomía italiana o francesa.
España no encuentra su lugar
"España tradicionalmente no ha mirado tanto hacia la India y se ha centrado en otros mercados más cercanos geográfica y culturalmente, como pueden ser Europa y Latinoamérica", dijo a EFE la asesora de comercio internacional de la Embajada de España en la India, Clara Antúnez, lo que ha provocado "una cierta escasez de productos españoles en India".
Aunque el "interés de la India por España está aumentando", la funcionaria precisó que España ya parte con retraso en comparación al resto de países europeos, cuyas gastronomías se encuentran mucho mejor implantadas en el país asiático.
La pasta y la pizza son imprescindibles en cualquier establecimiento que quiera destacar como un restaurante europeo en la India, aunque siempre con un toque picante para adaptarse a los paladares indios, mientras que las cafeterías francesas son habituales en los centros comerciales y mercados pudientes del país asiático.
Una mayor presencia que además de a la tradición, Antúnez achaca a la mayor complejidad que tienen algunos platos de la cocina española, que requieren "cierta habilidad en la preparación y utensilios específicos que habitualmente no están disponibles en la India", en contraste con la pizza u otras opciones populares más sencillas y rápidas de elaborar.
Férreo proteccionismo
Este vacío de una de las gastronomías más reconocidas en el mundo lo han querido aprovechar múltiples empresas españolas, que observan en este mercado de más de 1.400 millones de consumidores con una clase media al alza un filón por explotar.
Sin embargo, todas señalan un gran filtro que limita o directamente impide su entrada en el país: un mercado proteccionista con barreras de entrada muy severas en forma de elevados aranceles a la exportación.
La empresa del sector aceitero Acesur es una de las últimas en haber explorado esta puerta de ingreso, con motivo de una misión empresarial de la Unión Europea (UE) a la India en la que estuvieron presentes más de cincuenta compañías europeas para buscar socios en el país y conocer a fondo el complejo proceso de entrada al mercado indio.
"Desde el punto de vista del exportador, el problema es principalmente el tema arancelario. El producto tiene un arancel de entre el 30 y el 40 % según la categoría del aceite y eso nos penaliza mucho a la hora de competir", dijo a EFE su director comercial para el Sur de Asia, Juan González.
Las tasas de importación también son elevadas en otros productos característicos de la cocina española, como la carne y el pescado, del 30 %; el arroz, del 80 %; o el alcohol, que asciende al 150 %.
España fue el principal exportador de aceite de oliva a la India en valor y en volumen en 2022, facturando casi 55 millones de dólares el año pasado, según datos de la oficina comercial de la Embajada de España.
Las 'preparaciones de hortalizas, de frutas u otros frutos o demás partes de plantas', con un valor de exportación de 10 millones de dólares; y las partidas de 'bebidas, líquidos alcohólicos y vinagre', que ascendieron a 7,6 millones de dólares el último año, fueron el resto de productos más exportados.
Una puerta de entrada
Esta política restrictiva responde a la política 'Hecho en India' que el país asiático promueve para revertir su desequilibrada balanza de pagos potenciando la manufactura y el consumo local.
Para aliviar esta presión arancelaria, la UE retomó el año pasado las negociaciones para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la India, después de que las conversaciones se interrumpieran en 2013 tras seis años infructuosos.
"Es un mercado complicado. Tenemos muchas barreras comerciales, arancelarias y no arancelarias y esa es la razón por la que estamos negociando un acuerdo de libre comercio", dijo a EFE el embajador de la UE en la India, Hervé Delphin.
"Entre regiones existen diferentes niveles de impuestos. Sus mercancías no pueden moverse libremente de una región a otra, de un estado a otro, porque existen diferentes formas de impuestos. Es un nivel de complejidad. Yo diría que independientemente de cómo sea el acuerdo de libre comercio que alcancemos, deberá abordar esta variedad de entornos regulatorios", agregó.
Del éxito de estas negociaciones dependerá el desembarco de más empresas españolas en la India, con nuevos productos que esperan abrirse paso y convivir con la singular gastronomía india.
Hugo Barcia
Por: EFE