La familia de Emilio Miró Paniello puso en su esquela (tarjeta o papel en que se notifica la muerte de una persona y el lugar, día y hora del entierro), entre las otras frases habituales, una muy curiosa que causó revuelo en los medios en febrero de este año:
«Ha dejado este mundo sin haber aportado nada de interés». Ahora, un periodista encontró toda su vida acumulada en un mercado en Barcelona que remata antigüedades.
Entre las mesas en el mercado llenas de objetos antiguos, había una mesa en la que todos los objetos tenían apuntado «Emilio Miró Paniello», relató el periodista Oriol Querol. Entre todo, estaba el diario del hombre, cuya esquela había dado la vuelta a varios países por su particularidad y agresividad, si es que hubiera sido escrito por su familia.
En una entrevista con el medio radial RAC1, la familia explicó que esa frase particular estaba escrita en un testamento que el hombre fallecido a los 77 años había dejado, y que aparte de esta frase podían poner ‘lo habitual’.
Pero esto no sería todo, y ni su familia lo sabría, solamente Emilio y Oriol que conocerían el diario del fallecido, sabrían que el hombre también dejó un amor secreto; Estaba enamorado de su prima Mari (…) con la que se mandaba cartas. Ella tenía 17 años. Por lo que escribe, los 15 días que pasaron juntos en Barcelona y Pirineos en verano del 61 fueron, posiblemente, los más felices de su vida. Se pasó meses escribiendo sobre esas dos semanas».
Además de hablar mucho sobre política «que si la Unión Soviética esto, que si el Congo lo otro; también habla de cine, analiza una película en cinco páginas; escuchaba mucho la radio…» también escribe sobre el momento en que su prima se casó y fue a presentar al hombre de su vida, con quien luego tendría tres hijos, a sus primos.
Miró nunca confesó sus sentimientos y las respuestas de su prima a sus carta cada vez se esparcieron más, y según el periodista, el deseo del hombre era que ese diario fuera leído por su prima. Lástimosamente, el diario y todas sus pertenencias después de su muerte y luego de pasar por tres personas, terminó en un mercado de antigüedades.
La parte buena es que Querol hizo su labor para encontrar 60 años más tarde a la prima. Mari no creía que le estuvieran regalando el diario de su primo, de quien ya no tenía ningún recuerdo.
De Emilio se sabe que (…) había fallecido de neumonía. Que vivía solo desde que falleció su madre y que su padre había muerto con la División Azul, al lado de los nazis. Emilio fue químico de profesión. Que tenía una malformación en los huesos -era jorobado-, y que por eso vivió siempre encerrado en casa y en sí mismo. Que era muy inteligente y culto.
La esquela que decía «Ha dejado este mundo sin haber aportado nada de interés» no era más que una frase acorde con su percepción de sí.
Este es el hilo en la cuenta de Twitter del periodista Oriol Querol, quien hace justicia a la historia de Emilio Miró Paniello:
¿Os acordáis de la misteriosa esquela del hombre que había “dejado este mundo sin haber aportado nada de interés”? He encontrado algo, una especie de cápsula del tiempo, que demuestra que eso no era verdad. Hagamos un viaje, hacia el mejor verano de su vida.⬇️ pic.twitter.com/nh7F16E01M
— Oriol Querol (@OriolQF) 2 de septiembre de 2018