La Edad de Piedra fue una etapa de la Prehistoria donde los seres humanos fabricaron herramientas de piedra, siendo la tecnología más avanzada en ese entonces para realizar las actividades cotidianas como la caza, la pesca y la vivienda. Esa misma etapa que creíamos haber superado hace miles de años, volvió vestida de regulación, de fallos por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) y de gremios dirigidos por cavernícolas que sentenciaron la salida de UBER del país.
Para nadie es un secreto que las plataformas basadas en la interconexión de oferta y demandan, mejoraron la movilidad en las ciudades con una dinámica muy simple que rompió el monopolio de un gremio a la hora del transportar personas.
UBER, al igual que Beat, Didi e InDriver y otras, nos permitieron una nueva opción de movilidad, integrando características que demandábamos los ciudadanos a gritos como: carros limpios, conductores amables y seguros, y tarifas justas. Un herramienta para el ciudadano de clase media que no tenía carro y que sus horas en el transporte público eran un martirio.
Año a año la oferta de estas plataformas, el número de aliados y el número de usuarios fue creciendo exponencialmente gracias a su buen servicio. Hoy son casi 80.000 socios conductores y más de 2 millones de usuarios los que alberga solamente una de las tantas plataformas que desarrollan su actividad en Colombia.
Esa misma plataforma que el 10 de enero anunció su salida del país, tras la decisión de la SIC que ordena la suspensión por competencia desleal amparándose en el modelo arcaico de transporte público que llevamos a cuestas. Ese mismo modelo precario que en el pasado aumentó los costos en el cupo de los taxis, y que hoy es uno de los motivos por los cuales el gremio encuentra su némesis en UBER.
La decisión del SIC genera perjuicios económicos a los conductores, a sus familias, al Estado pues pierde alrededor de 20 millones en recaudo y a nosotros los usuarios que encontramos en una APP una forma segura de movilizarnos por la ciudad. El Estado que tiene por mandato garantizar el bienestar de los ciudadanos, hoy promueve monopolios, ahuyenta inversión extranjera y le envía un mensaje nocivo a todos los emprendedores del país.
No nos dimos cuenta que, mientras nuestros políticos y líderes de opinión creaban la perversa dicotomía entre Taxi y UBER, el verdadero debate de movilidad quedaba rezagado. Ese debate cuyo eje tenía que haber sido la mejora y la actualización de las condiciones laborales de los taxistas que al mismo tiempo, les permitiera acercarse al ciudadano sin buscar en el ataque a UBER la respuesta a sus problemas.
Porque si de enemigos se tratase habría que distinguir entre el Estado y su normatividad y, aquellos conductores que se malacostumbraron a prestar un pésimo servicio, sumado a sus “líderes” como los señores Hugo Ospina o el cavernícola de Freddy Contreras, famoso en estos días por “mandar a lavar a las mujeres” en un video que se volvió viral. Ambos convirtiéndose en la clara representación de lo que no debe ser el gremio de los taxistas.
La Edad de Piedra que termina según los historiadores con la Edad de los Metales, es hoy el escenario en el cual se encuentra Colombia.
El país tuvo miedo durante 6 años para regular las plataformas, se asustó cuando los cavernícolas vieron que otros hacían las cosas mejor y cuando los ciudadanos ya gozábamos de mejores herramientas en materia de movilidad. Vamos a ver si el Congreso y el Gobierno nos sacan de esa caverna en donde nos encontramos hoy…
@DanielPBayona