El Instituto Nacional de Estadística italiano (Istat) publicó hoy el dato adelantado de crecimiento del primer trimestre y dijo que el PIB italiano retrocedió un 4,8 % en términos interanuales.

La entidad publicará el dato definitivo el próximo 29 de mayo.

Se trata de una cifra que supone el retroceso más drástico desde que el Istat comenzó a recopilar información de esta serie en el primer trimestre de 1995 y se debe fundamentalmente a los efectos negativos que está teniendo la pandemia del COVID-19 en la economía italiana.

«El PIB ha sufrido una contracción excepcional derivada de los los efectos económicos de la emergencia sanitaria y las medidas de contención», indica el instituto en su nota, en la que destaca una significativa disminución del valor añadido en todos los componentes de producción, particularmente acentuado en el caso de la industria y el sector servicios.

Tras la publicación de estos datos, la prima de riesgo italiana, que mide el diferencial entre el bono a diez años y el alemán del mismo periodo, subió a los 237 puntos básicos, frente a los 225 en los que cerró el miércoles; y la rentabilidad del bono a diez años se alzó hasta el 1,85 %, del 1,75 % en el que acabó el miércoles.

El coronavirus en Italia ha dejado más de 27.600 fallecidos y 200.000 casos de contagios desde que comenzó la emergencia el 21 de febrero y para controlar estas cifras el Gobierno italiano impuso a principios de marzo el confinamiento nacional y la supresión de toda actividad productiva no esencial, unas medidas que afectarán sin duda al crecimiento del país.

El Gobierno italiano calcula que el PIB caerá un 8 % en 2020, pero el primer ministro italiano advirtió este jueves en una comparecencia parlamentaria de que, si el virus persiste y la emergencia se alarga, la caída podría ser de hasta un 10,4 %.

«La significativa contracción del 8 % (en 2020) contempla una (hipotética) caída del PIB de más del 15 % en el primer semestre y la posibilidad de un repunte en el segundo semestre del año», ha argumentado Conte ante la Cámara de los Diputados.

Para mitigar las consecuencias económicas, Italia ya ha aprobado un primer paquete de estímulos de hasta 25.000 millones de euros para ayudar a familias y empresas, y un esquema de garantías públicas que facilitan hasta 400.000 millones de euros en créditos para empresas.

Ahora ultima un segundo plan que el primer ministro ha adelantado que incluirá 25.000 millones de euros en ayudas al empleo y apoyo a las rentas.

Se están estudiando también intervenciones por valor de 15.000 millones para asumir parcialmente las pérdidas de las pequeñas y medianas empresas con capital público, que podrían traducirse en apoyos a fondo perdido mediante desembolsos de liquidez o exenciones fiscales; y ayudas al sector turístico e incentivos a familias para que veraneen en el país, que Conte no cuantificó.

El Ejecutivo espera controlar lo antes posible esta pandemia para favorecer que la economía italiana se recupere un 4,7 % en 2021.

El cuadro macroeconómico del Gobierno prevé para 2020 que el déficit se dispare al 10,4 % del PIB, mientras que la deuda se situará en el 155,7 % del PIB y la tasa de desempleo en el 11,6 %.

El Istat publicó este jueves que la tasa de desempleo en Italia bajó en marzo al 8,4 %, frente al 9,3 % de febrero, y que la inflación se estancó en abril en términos interanuales, también según sus cálculos provisionales.

EFE

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Minuto30 Agencias

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