La Oktoberfest, la más multitudinaria fiesta de la cerveza del mundo, quedó un año más inaugurada con la apertura del primer barril a cargo del alcalde de Múnich, Dieter Reiter, de nuevo tan solo con dos mazazos al grifo.
Puntualmente a las 12.00 (10.00 GMT) la cerveza comenzó a fluir al ritual grito del alcalde de «O’zapft is! Auf eine friedliche Wiesn!», traducible por «¡Abierto está! ¡Por un prado pacífico!», en referencia al recinto donde se celebra la fiesta, el «Theresienwiese» (Prado de Teresa).
La primera «Maß», la tradicional jara de cerveza de litro, que este año cuesta entre 10,80 y 11,80 euros, una media de un 3,11 % más que el año pasado, fue servida como marca la costumbre al jefe del Gobierno bávaro, Markus Söder.
Poco después de las 09.00 (07.00 GMT) la 186 edición de la Oktoberfest abría sus puertas y decenas de miles de aficionados a esta fiesta accedieron al recinto después de guardar largas colas desde primeras horas de la mañana.
A diferencia del año pasado, Múnich amaneció bajo un sol radiante y un cielo claro y con temperaturas que a lo largo del día alcanzarán unos agradables 20 grados centígrados y mañana serán incluso ligeramente más altas.
Con la llegada del otoño el lunes 23, las previsiones son menos favorables, con cielos encapotados, lluvia y temperaturas en torno a los 15 grados, aunque el martes promete otra tregua con buen tiempo y de nuevo hasta 20 grados.
La Oktoberfest recibe cada año alrededor de seis millones de visitantes, unos 400.000 en un día concurrido, con el récord máximo registrado en 1985, con 7,1 millones de personas.
Hasta el próximo día 6, en el que la fiesta cerrará sus puertas, unos 600 agentes velarán por la seguridad de los aficionados tanto dentro del recinto como en las inmediaciones, donde además hay instaladas 49 cámaras de videovigilancia.
La policía subrayó en la presentación el miércoles de su plan de seguridad para la Oktoberfest que no existen indicios concretos de amenaza para la presente edición, pero subrayó que al igual que en cualquier evento en Alemania de dimensiones similares se sigue partiendo de una elevada amenaza abstracta.
«Lamentablemente hace ya algún tiempo tenemos que lidiar con esta situación de ‘peligro latente'», indicó la policía. EFE