Nueva Delhi, 20 jul (EFE).- La cifra de muertos por coronavirus en la India podría ascender a los cuatro millones de víctimas, diez veces más que la oficial, según un estudio publicado este martes por el Centro para el Desarrollo Global (CDG) sobre el exceso de mortalidad en el país durante la pandemia.
El informe de este martes dictamina un exceso de muertes, la brecha entre las registradas y las que se habrían esperado, de entre 3,4 millones y 4,9 millones desde el inicio de la pandemia hasta el pasado mes de junio.
El estudio afirma que «todas las estimaciones sugieren que es probable que el número de muertos por la pandemia sea de mayor magnitud que el recuento oficial de 400.000».
A través del análisis de datos de tres fuentes diferentes los autores de este informe concluyen que el país asiático subestimó las cifras de fallecidos oficiales que reportaba a diario en el país, sobre todo durante la virulenta segunda ola que atravesó a mediados de abril.
La extrapolación del registro civil a nivel estatal de siete estados indios arroja «un exceso de 3,4 millones de muertes» por la covid-19 en la India, según el estudio.
En segundo lugar, la comparativa de los análisis de sangre que detectan la prevalencia del virus que se tomaron en la India y las tasas de mortalidad por covid mundiales dan como resultado «un número más alto, de alrededor de 4 millones», informa la investigación.
Una encuesta elaborada tres veces al año a más de 800.000 personas repartidas en todos los estados del gigante asiático muestra también una exceso aproximado de 4,9 millones de muertes.
El informe, elaborado por Arvind Subramanian, ex asesor económico principal del Gobierno indio, y otros dos investigadores del CDG y la Universidad de Harvard, advierte de que los números de estas tres fuentes de datos presentan «deficiencias y también divergen en el patrón de muertes entre las dos oleadas de la pandemia».
En este sentido, las cifras podrían estar pasando por alto las muertes en los centros de salud en los que se detectaron escasez de suministros o saturación de pacientes con coronavirus, en especial durante la segunda ola.
La India sufrió hace tres meses una de sus peores crisis sanitarias de su historia, y durante varias semanas se consideró el epicentro mundial de la pandemia, llegando a notificar más de 400.000 casos y más de 4.500 muertes en un solo día.
Por aquel entonces, regiones como Nueva Delhi o la occidental Maharashtra, la más castigada por la pandemia, reportaron escasez de equipo médico y dejaron imágenes de hospitales colapsados que evidenciaron las graves carencias del frágil sistema de salud indio.
Varios expertos señalaron además que las cifras oficiales indias no estaban mostrando la realidad de la pandemia debido a la falta de pruebas PCR o de antígenos para la detección del SARS-CoV-2 y a la creciente expansión de la covid-19 en el mundo rural, donde la cobertura sanitaria es menor.
Ahora el país está lejos del pico de la segunda ola alcanzada a mediados de abril.
Con un total de 374 fallecimientos y poco más de 30.000 casos en las últimas 24 horas, la India ha registrado el dato más bajo en 125 días.
Pero a pesar de la mejora de los datos, los expertos pronostican la llegada de una tercera ola de infecciones para las próximas semanas a causa de las nuevas variantes del virus originadas.
Es por ello que el país confía en la vacunación como la única herramienta para poner fin a esta pandemia.
Desde el inicio de su ambiciosa campaña de vacunación el pasado 16 de enero, la India ha administrado 412 millones dosis de la vacuna contra el coronavirus, 5,2 millones de ellas en las últimas 24 horas, según el último parte emitido por el Ministerio de Salud indio.
Con poco más de 85 millones de personas que han recibido la pauta completa, la «inevitable» nueva ola ha obligado a las autoridades indias a acelerar el ritmo de inoculaciones para evitar que un aumento drástico cifras provoque, otra vez, un colapso en los servicios médicos.
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