Bogotá, 25 may (EFE).- Las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) de Colombia llegaron el lunes a su punto máximo de ocupación desde el comienzo de la pandemia, con un total de 7.857 pacientes graves de covid-19, según aseguraron este martes a Efe fuentes del Ministerio de Salud.
«El día de ayer fue el día más duro de la pandemia en Colombia en pacientes hospitalizados. Alrededor de 7.857 estaban hospitalizados en una UCI por covid-19», aseguró a Efe el viceministro colombiano de Salud, Luis Alexander Moscoso.
En el punto máximo del anterior pico, el registrado en Navidades, se llegó a unos 6.200 pacientes, pero las UCI de todo el país llevan varias semanas al borde de su capacidad y actualmente de las 11.319 disponibles en todo el país, casi 8.000 están ocupadas.
Colombia entró en Semana Santa en la tercera ola de la pandemia, la peor hasta el momento, que se ha prolongado mucho más que las anteriores y que hizo que abril fuera el mes más letal y mayo ya lo haya superado, con casi todos los días reportando más de 450 muertes e incluso más de 500 algunas jornadas.
El lunes el Ministerio de Salud informó de 483 nuevas muertes y el domingo se registró un récord de casos con 21.669 en un día. En total, Colombia contabiliza más de 85.207 muertes y casi 3.250.000 de casos.
Al mismo tiempo, hasta ayer habían sido aplicadas en el país 8.425.588 vacunas contra la covid-19, de las cuales 3.147.478 corresponden a segundas dosis.
EL EFECTO DOBLE DE LAS PROTESTAS
«Veníamos con una disminución de casos desde mediados de abril (…) y pensábamos que íbamos a tener una tendencia al descenso como esperábamos, pero vino el efecto de las protestas», explicó Moscoso.
Colombia lleva casi cuatro semanas de multitudinarias protestas que muestran el descontento social con las políticas del Gobierno y que han coincidido con uno de los peores momentos de la pandemia.
El efecto, según el Ministerio de Salud, se puede ver «muy claro» en Bogotá, donde «tanto en casos como en mortalidad se ha visto un incremento posterior a los hechos».
Sin embargo, ese «efecto protestas» del que habla el Gobierno no se ha visto en el departamento del Valle del Cauca y su capital, Cali, epicentro de las protestas y donde se han vivido grandes concentraciones y marchas.
El viceministro alude el descenso de casos y muertes en las últimas semanas en esta ciudad a que «Cali se vio muy afectada en su movilidad, entonces si bien existieron unas personas protestando, la ciudad de Cali se paralizó en todas sus actividades».
Ese paro de actividades, que aún hoy se mantiene en cierta forma, ha contribuido a un descenso «grandísimo» de los contagios.
Sin embargo, también es cierto que, por la situación creada en la ciudad, con bloqueos en las entradas y salidas y disturbios en algunos barrios, ha bajado el muestreo y no hay «claridad de las cifras».
«Nuestra preocupación es que una vez la ciudad de Cali retorne a las actividades medianamente regulares ese incremento (de casos) vuelva a darse», confiesa el viceministro.
LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
El ministro de Salud, Fernando Ruiz, habló la semana pasada de un segundo repunte en el tercer pico, debido a que la ola parece no descender desde hace casi dos meses, pero el Gobierno espera que a partir de este fin de semana, con la entrada de junio, se empiecen a ver «disminuciones importantes» en una gran parte del país.
Bogotá y los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Nariño y Santander, que son en la actualidad y proporcionalmente los más golpeados, seguirán con afectaciones importantes, que no permitirán ver un «descenso tan rápido» a nivel nacional.
Pero el viceministro Moscoso confía en que se empiece a ver la luz al final del túnel: «proyectamos desde la semana entrante una disminución», aseguró.