El reciente nombramiento de 18 exjefes paramilitares como gestores de paz por parte del presidente Gustavo Petro ha desatado una ola de críticas en todo el país. Entre las figuras que rechazaron este hecho fueron el Gobernador de Antioquia y el alcalde de Medellín.
Los designados como nuevos gestores de paz son conocidos cabecillas de grupos armados ilegales, como Jorge 40, Hernán Giraldo, ‘Macaco’, ‘H.H.’ y ‘Don Berna’, quienes fueron parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que operaron en Colombia durante décadas.
El gobernador del departamento, Andrés Julián Rendón, calificó la decisión como errónea y comparó al actual gobierno con el de una época pasada, señalando que, de estar vivo, Pablo Escobar también sería considerado un “gestor de paz”.
Según Rendón, la administración de Petro está equivocada al creer que la paz se construye haciendo concesiones al crimen, sin haber cumplido con los principios de verdad, justicia y reparación.
«¡Todo mal! Si Pablo Escobar estuviera vivo, el Gobierno Nacional actual, lo habría nombrado gestor de paz. Justicia, verdad y reparación para las víctimas, esos son los gestos de paz que se requieren por parte de los ex jefes paramilitares», escribió en la red social ‘X’.
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En la misma línea, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, manifestó su preocupación por la medida, asegurando que el gobierno está premiando a los peores criminales del país bajo el pretexto de la «paz total».
Gutiérrez afirmó que este tipo de decisiones entregan el país a las estructuras criminales y que la Fuerza Pública se ve desbordada por estas concesiones.
El nombramiento de estos exlíderes paramilitares como gestores de paz, aunque está enmarcado dentro del proceso de Justicia y Paz, ha sido cuestionado debido a que varios de ellos fueron excluidos de esta jurisdicción por reincidir en actividades delictivas.
La controversia sigue alimentando el debate sobre la eficacia y los verdaderos intereses detrás de la estrategia de paz del gobierno.