Miles de estudiantes recorrieron hoy toda Colombia, con el apoyo de sindicalistas, campesinos e indígenas, en otra jornada de protesta por más recursos para las universidades que transcurrió casi sin incidentes y en la que ni siquiera un diluvio que cayó en Bogotá frenó a los manifestantes.
Las columnas de universitarios se replicaron en varias ciudades colombianas como Medellín, Cali o Barranquilla en la llamada «Gran toma de capitales», donde de nuevo Bogotá reunió buena parte de la atención y de los asistentes a la manifestación.
Desde primera hora de la mañana, las concentraciones comenzaron a tomar un color festivo, especialmente en la capital, donde los estudiantes se reunieron en varios puntos para partir en columnas hasta la Plaza de Bolívar, sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Los estudiantes comenzaron su huelga el pasado 11 de octubre para llamar la atención sobre la situación de las 32 universidades públicas, que necesitan 3,2 billones de pesos (unos 1.037 millones de dólares) para garantizar su funcionamiento.
También piden al Gobierno que se comprometa a destinar 15 billones de pesos (unos 4.861 millones de dólares) para saldar «la deuda histórica» que aseguran tiene el país con las universidades.
Sin embargo, el mes pasado el Gobierno y los rectores de las 32 universidades públicas alcanzaron un acuerdo que incluye más recursos para la educación superior, pero el mismo no ha sido aceptado por los estudiantes.
Junto a los estudiantes se manifestaron hoy miembros de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), así como organizaciones de campesinos y comunidades indígenas, entre otros.
Estas organizaciones también mostraron sus quejas por la reforma fiscal que prepara el presidente Iván Duque, pues consideran que afectará todavía más a la clase trabajadora y piden que se busquen alternativas para conseguir los fondos que busca el Gobierno para cubrir un déficit de 14 billones de pesos (unos 4.371 millones de dólares) del presupuesto nacional de 2019.
En Bogotá y al revés que en anteriores ocasiones, las manifestaciones transcurrieron con normalidad y sin apenas enfrentamientos entre policías y manifestantes.
El único conato de violencia se produjo en el barrio Timiza, en el sur de la ciudad, donde un grupo de encapuchados se enfrentó con los agentes durante unos minutos.
Al menos cinco personas fueron detenidas y la columna, que había partido de una sede de la Universidad Distrital, continuó caminando hacia el centro de la capital.
También en algunas estaciones del sistema de transporte público Transmilenio, locales comerciales e incluso cuarteles militares, encapuchados hicieron algunas pintadas.
En la Carrera 68, una de las principales vías de la ciudad, hubo algunos enfrentamientos entre manifestantes y policías, tras los que un grupo de los propios estudiantes formó una cadena humana para proteger a los agentes.
En esta ocasión, funcionarios de la Oficina para los Derechos Humanos de la ONU se reunieron al comienzo del día con la Policía y su Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) a quienes acompañaron durante parte de la jornada.
La Oficina aseguró que su labor fue la de «monitorear el respeto a los Derechos Humanos», de acuerdo a su mandato, ya que manifestaciones anteriores terminaron en disturbios y actos vandálicos.
Asimismo, explicaron que antes de la nueva jornada de protestas hicieron «reuniones con autoridades nacionales y del Distrito y con estudiantes líderes de la marcha».
En el parque San Andrés, ubicado en el barrio Engativá del occidente de Bogotá, confluyeron también muchos estudiantes que terminaron la manifestación en un ambiente festivo con batucadas, música y baile.
La ministra de Educación, María Victoria Angulo, se reunió hoy de nuevo con los estudiantes para continuar el diálogo, si bien el presidente Duque anunció ayer que su Gobierno no tolerará «la violencia como mecanismo de presión ni el vandalismo como el lenguaje de la protesta social».
«El diálogo y la búsqueda de consensos, y de construir soluciones y no agresiones hacen parte del talante de nuestra administración. No podemos olvidar que el ejercicio de los derechos no es absoluto y que debe respetar los derechos de los demás y también incluye los deberes ciudadanos», subrayó el mandatario en una alocución al país que parece que fue escuchada por buena parte de los estudiantes. Bogotá, 28 nov (EFE)