Foto de cortesía.
Fabio Ochoa Vásquez, uno de los capos del Cartel de Medellín, regresó a Colombia tras cumplir más de 20 años de prisión en Estados Unidos.
Tras ser deportado, Ochoa fue recibido por su familia en el aeropuerto El Dorado y ofreció unas palabras a los medios.
El excapo aseguró no arrepentirse de sus acciones y denunció un supuesto montaje en su contra. Además, se mostró dispuesto a colaborar con la paz total, la política de Gustavo Petro.
Sin embargo, la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, descartó por ahora la posibilidad de que Ochoa sea un gestor de paz, aclarando que esa decisión corresponde al presidente.
Por su parte, el abogado Gustavo Salazar, conocido como «el abogado de la mafia», consideró poco probable que Ochoa desempeñe ese rol, ya que no tiene cuentas pendientes con la justicia colombiana y el panorama del narcotráfico ha cambiado significativamente.
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La llegada de Fabio Ochoa reaviva el debate sobre la reinserción social de los exnarcotraficantes y su posible contribución a la construcción de paz.
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