El gas natural debe ser el el combustible de transición hacia una matriz energética limpia en los próximos años por ser menos contaminante que otros de origen fósil como el petróleo o el carbón, aseguraron hoy autoridades y expertos del sector reunidos en Cartagena de Indias.
«Estoy convencido obviamente del gas como la transición energética en el contexto global», manifestó el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Luis Gilberto Murillo, al intervenir hoy en la instalación del Congreso de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas).
Murillo explicó que la visión que tiene el Gobierno colombiano es la de «un país neutral en términos de emisiones (contaminantes) en 2050» con unas metas que comenzarán a cumplirse en el 2030.
«Hay que tomar decisiones y, en ese sentido, el gas natural juega un papel importante como el generador de esa energía de transición hasta el año 2050», subrayó.
El ministro agregó que la decisión de Gobierno de impulsar políticas que fomenten energías cada vez más limpias tiene una doble justificación porque se trata de «salvar vidas y hacer la economía mucho más competitiva».
Murillo citó datos según los cuales en el país ocurren «más de 10.000 muertes al año que pueden estar asociadas a complicaciones respiratorias por la calidad del aire».
Las enfermedades causadas por la contaminación del aire le cuestan a Colombia anualmente 15,4 billones de pesos (unos 5.390 millones de dólares), que equivalen al 1,93 % del Producto Interno Bruto (PIB).
En el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) citados en el congreso, esa contaminación es causante de 3,7 millones de muertes prematuras al año.
Por su parte, el presidente de Naturgas, Orlando Cabrales Segovia, afirmó que el país no debe ser ajeno al debate sobre la nueva matriz energética mundial.
«Colombia debe dar una discusión profunda sobre cuál debe ser la composición de la matriz energética en el futuro», manifestó Cabrales, quien subrayó que esa discusión no debe limitarse al componente energético «sino que debe estar complementada con el medioambiente y la salud pública».
Cabrales definió al gas natural como «el combustible del futuro, el de mayor proyección de crecimiento, por encima del carbón y del petróleo», y que por ser menos contaminante, «es el mejor aliado para la penetración de energías renovables, para mejorar la calidad del aire, para mejorar la calidad de vida».
«El gas natural representa una mejora significativa no solamente en la calidad de aire» por las menores emisiones de material particulado fino sino que también disminuye sustancialmente las de dióxido de carbono (CO2) si se le compara con los derivados del petróleo y el carbón, aseguró.
Tras subrayar que con el gas natural el «beneficio ambiental es clarísimo», Cabrales dijo que este combustible también ofrece ventajas económicas por ser más barato que la gasolina o el diesel, especialmente cuando se usa en sistemas de transporte masivo.
Citó el caso de Medellín, la segunda ciudad de Colombia, donde el uso del gas natural en vehículos de transporte público en los últimos seis años redujo en más de 100 toneladas las emisiones de material particulado fino y en 36 toneladas las de CO2.
Partiendo de ese ejemplo consideró que la industria del gas natural está ante «un inmenso reto en los próximos tres años» por la necesidad de renovación de 33.000 vehículos de transporte público en distintas ciudades colombianas.
Sin embargo, dijo que se necesitan «políticas concisas, coherentes y de largo plazo que reconozcan el rol del gas natural en el componente energético» del país, y que al mismo tiempo ayuden a «generar demanda y fomenten la iniciativa empresarial».
«Eso requiere políticas muy claras, una regulación oportuna, simple y flexible; la industria no lo puede hacer sola», afirmó Cabrales.
EFE