Gustavo Petro. Foto: Archivo
El estado de conmoción interior es una medida extraordinaria que permite al gobierno colombiano tomar decisiones especiales y ejercer facultades adicionales ante situaciones graves que amenazan el orden público y la estabilidad del Estado. Esta medida está contemplada en el artículo 213 de la Constitución de 1991 y se declara cuando hay una grave perturbación del orden público que pone en peligro la seguridad nacional, la convivencia ciudadana o la estabilidad institucional y que no puede ser controlada con los recursos ordinarios de las autoridades.
El estado de conmoción interior otorga al presidente de la República facultades especiales para actuar de manera más eficiente ante crisis de gran magnitud. Algunas de las medidas que pueden tomarse bajo este estado incluyen:
Aunque el estado de conmoción otorga facultades excepcionales, la Constitución establece importantes límites para proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos. Por ejemplo:
El estado de conmoción interior puede ser declarado por un plazo inicial de 90 días, y este periodo puede prorrogarse por otros dos periodos de la misma duración si el Senado aprueba dicha extensión. Sin embargo, una vez que se logre restablecer el orden público o que cesen las causas que dieron lugar a la medida, el gobierno debe declarar su levantamiento.
La declaración del estado de conmoción interior ha sido utilizada en Colombia en momentos críticos de violencia, como enfrentamientos armados o disturbios generalizados que afectan la seguridad nacional. En el contexto actual, como lo sucedido con el conflicto en Catatumbo y la ofensiva del ELN, el presidente puede emplear esta herramienta para intensificar la respuesta del Estado y proteger a la población afectada.
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