La corresponsal del noticiero en Medellín, Érika Zapata, es una de las presentadoras que más cariño y reconocimiento se ha ganado en el país por su original y particular forma de informar las noticias.
Su carisma y espontaneidad la hacen única en el medio. No obstante, en ciertas oportunidades ha recibido algunas críticas por los términos coloquiales que suele implementar en sus informes, aunque, según ha dicho en varias ocasiones, eso no la afecta en lo absoluto.
Pero los comentarios negativos no son algo nuevo para ella, pues desde muy joven tuvo que afrontar situaciones que la marcaron de por vida y con las cuales pudo forjar el carácter que tiene hoy en día.
En una reciente entrevista, la periodista narró un episodio que cambió su vida para siempre. Según contó, el impacto fue mayor al ver que sus papás terminaron afectados por los señalamientos que ella había recibido cuando estaba estudiando.
“Mi papá empeñó un anillo para poderme comprar dos pantalones y dos camisas, que era con lo que iba a la universidad. En ese momento recibí burlas. Yo iba a salirme de la universidad en segundo semestre por eso, porque yo no me aguantaba pese a que decía que iba a ser fuerte y capaz”, dijo Zapata en Tropicana.
En su relato, la presentadora contó que la humillaron en público y lo primero que hizo fue llegar a su casa a desahogarse con su familia.
“Llegue a mi casa llorando a decirle a mi papá que no quería seguir estudiando y que no iba a ser capaz. Los puse como a llorar a ellos y dije: ‘No, de ahora en adelante que me digan lo que quieran y yo le voy a hacer para adelante’”, mencionó en la emisora.
Según contó, en la universidad le llegaban muchos comentarios negativos que la hicieron pensar muchas veces dejar a un lado su carrera de periodismo. Sin embargo, no dejó que eso la afectara y siguió adelante con sus sueños.
Todo eso la llenó de fuerza para seguir adelante, pero sin duda alguna el llanto de sus padres fue el impulso para llegar tan lejos como se lo propusiera.
“Ellos me decían que yo era la única esperanza para ellos. Entonces, claro, me tocó aguantar todo eso, llorar en silencio y enfrentar todo porque quería salir adelante. Yo he comido mucha mier…, no puedo comer más de la que ya me comí. Me tocó aguantar humillaciones y que me trataran mal por lo económico y lo físico. Me dijeron que no iba a llegar a ningún lado”, concluyó en el mismo medio la comunicadora.
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