El emotivo discurso del presidente de Cuba, Raúl Castro, en su primera Cumbre de las Américas acaparó hoy la primera sesión del cónclave, en la que los demás mandatarios saludaron su acercamiento con EE.UU., al tiempo que condenaron las medidas del Gobierno estadounidense contra Venezuela.
Con la frase: «ya era hora de que yo hablara aquí a nombre de Cuba», Castro inició un discurso que duró un poco más de 40 minutos, cuando la intervención pactada era de 8 minutos.
Dijo en un tono jocoso «como deben seis cumbres que excluyeron, 6 por 8: 48″ minutos tocaría hablar».
Castro hizo un relato histórico de «agresiones imperialistas» a América Latina, pero exculpó de ellas al mandatario estadounidense, Barack Obama.
Siempre en clara referencia a Estados Unidos, aseguró que «sólo en Suramérica fueron asesinados cientos de miles de personas» y citó como caso más «brutal» el golpe de Estado de 1973 contra el presidente chileno Salvador Allende, cuyo ejemplo es «imperecedero», dijo.
Antes de la intervención de Castro, habló el presidente de EE.UU., Barack Obama, quien dijo que su país «no será prisionero del pasado» con Cuba ni con la región, al mostrarse convencido de que si continúa el diálogo bilateral entre su Gobierno y la isla habrá progresos pese a las «diferencias».
Obama calificó la Cumbre de «momento histórico» y dijo que el acercamiento entre EE.UU. y Cuba marca un «punto de inflexión» para toda la región.
«La Guerra Fría ya terminó» y «no estoy interesado en disputas que francamente empezaron antes de que yo naciera», afirmó de manera tajante.
Asimismo, Obama admitió que en el pasado la política de derechos humanos de EE.UU. no siempre fue acertada, pero que, hoy por hoy, su país no tiene interés en «inmiscuirse» cuando denuncia determinadas situaciones que no considera justas, sino que lo hace porque considera que es «lo correcto».
A su turno, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que Obama «ha cometido una agresión» con su decreto sobre la «amenaza» que supone Venezuela, pero le concedió que «no es» como su antecesor en la Casa Blanca, George W. Bush.
Maduro propuso a Obama reconducir las relaciones bilaterales a partir de un diálogo basado en el respeto mutuo, pero condicionado en cuatro puntos, entre los que citó «derrocar» el decreto con el que EE.UU. considera a Venezuela una «amenaza».
El primero en intervenir en la sesión plenaria fue el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en el que propuso la creación de un sistema interamericano de educación y también destacó que la participación de Cuba en la Cumbre «levanta un escollo» en las relaciones del continente.
A su turno, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció que EE.UU. «continúa con ilegales intervenciones» en América Latina, y que ha llegado la «hora para segunda y definitiva independencia» de la región, en referencia a las medidas ejecutivas del Gobierno estadounidense contra Venezuela.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó que la aproximación entre EE.UU. y Cuba «abre una nueva era en las Américas» y expresó su rechazo a «las sanciones contra Venezuela», un país que, en su opinión, «demanda moderación de todas las partes».
El mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, expresó su apoyo «al proceso de diálogo y entendimiento» que han iniciado «dos grandes amigos de México» y señaló: sigamos impulsando el dialogo político como modelo e instrumento de nuestro entendimiento».
El presidente boliviano, Evo Morales, lanzó un duro ataque contra el Gobierno de EE.UU. y calificó a ese país como «el primer promotor del mundo» de dictaduras militares y golpes de Estado. «La mirada colonial imperial de Estados Unidos sobre nuestra América Latina y el Caribe es una mirada de desprecio y de superioridad», añadió.
En su discurso, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, afirmó que «el verdadero triunfo de la revolución cubana es estar presente en la Cumbre», «porque luchó por más de 60 años con una dignidad sin precedentes».
El mandatario peruano, Ollanta Humala, instó a los países americanos a «desatar las amarras que atan al pasado» y a dejar de lado las diferencias ideológicas, para apostar en la cooperación como fórmula para reducir las desigualdades.
Humala, cuyo país organizará la próxima Cumbre de las Américas en 2018, también alertó sobre el impacto que el cambio climático tiene en el continente y citó como ejemplo las inundaciones que obligaron a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, a ausentarse de esta cita.
Por su parte, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, pidió al sector privado invertir en los países del Triángulo Norte Centroamericano, para generar calidad de vida y que la migración sea «una opción y no en una obligación».
El jefe de Estado de Honduras, Juan Orlando Hernández, pidió a la región «trabajo conjunto» y «cooperación genuina» para enfrentar los retos que implican el combate a la pobreza, la inseguridad personal y el crimen organizado.
La última intervención de la primera parte de la jornada estuvo a cargo del primer ministro canadiense, Stephen Harper, quien expresó su satisfacción de «que todos los países del hemisferio estén aquí representados» y añadió: «quiero mencionar el papel que ha tenido Canadá para facilitar el diálogo entre Cuba y Estados Unidos». Panamá, 11 abr (EFE)