El Gran Cañón del Colorado, declarado una de las siete maravillas naturales del mundo y conocido por sus vistas panorámicas que roban el aliento, se formó hace millones de años, pero este martes, 26 de febrero, cumple su primer siglo como parque nacional de Estados Unidos.
Más de 6 millones de personas visitan anualmente este lugar mágico, incluido en infinidad de «bucket list», como se conoce en inglés lo que alguien quiere hacer o conseguir antes de morir, y que ha sido retratado hasta la saciedad y servido para filmar escenas de filmes como «Thelma and Louise» y «Grand Canyon», ambos de 1991.
Visitar el Gran Cañón empezó a ser más accesible para más gente después de su declaración como parque nacional, aunque ya en 1905 había abierto sus puertas a un paso de la enorme hondonada El Tovar, un lujoso hotel aún hoy en actividad.
Esculpido por el cauce del río Colorado durante millones de años, el Gran Cañón tiene 446 kilómetros de largo, hasta 29 kilómetros de ancho y una profundidad de 1.600 metros.
Sus enormes paredes de color rojizo dan testimonio sobre la historia del mundo en los últimos 2 millones de años, algo que se puede apreciar en las distintas capas geológicas visibles.
Fue declarado Parque Nacional el 26 de Febrero de 1919 por el entonces presidente Woodrow Wilson, lo que significó mayor protección para preservar el lugar y los animales que habitan en esta región, algunos de ellos en peligro de extinción.
«El Gran Cañón es mucho más que un tesoro de Arizona», es un «tesoro nacional» que atrae a visitantes de todas partes del mundo, dijo a Efe el gobernador del estado, Doug Ducey.
«En el primer centenario de haber sido nombrado Parque Nacional, debemos admirar juntos su esplendor natural y comprometernos a seguir preservando su magnificencia para las siguientes generaciones», indicó Ducey.
La designación de Parque Nacional se hizo en gran parte para proteger el territorio de la minería clandestina y sin ningún control que se llevaba a cabo en ese momento en la región.
La primera civilización que se asentó en el entorno del Gran Cañón fue el grupo indígena «Pueblo» en torno al año 500. Cultivaban cereales, cazaban animales de la región y se establecieron en poblados en casas circulares.
La recurrencia de la sequía al parecer provocó el éxodo de los «Pueblo», que fueron sustituidos tiempo después por los ancestros de las actuales tribus que aún habitan esta región, como los Havasupai, Hualapai y Navajo.
En 1540, el español García López de Cárdenas, que fue guiado por indios Hopi, se convirtió en el primer europeo en divisar el Gran Cañón. Lo hizo desde el mirador hoy conocido como Desert View y el encuentro con el gigante rocoso fue narrado por el capitán Jaramillo y el cronista Pedro de Sotomayor.
«El Gran Cañón es una lección de vida, cuando lo ves por primera vez te confronta con la grandeza de este mundo, de lo que somos herederos y de lo pequeño que somos los humanos», dijo a Efe Pedro Berruecos Vila, representante de la Oficina de Turismo del Estado de Arizona.
Conocido como uno de los símbolos icónicos del estado de Arizona, en 1979 el Gran Cañón fue declarado Patrimonio Mundial y una de las siete maravillas del mundo natural por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El lugar ofrece a los visitantes experiencias y actividades únicas sin importar que sea de día o de noche.
Una de las atracciones favoritas es el mirador «Caminar sobre el cielo», una plataforma en forma de herradura que se asoma a uno de los abismos del Gran Cañón, que en ese punto tiene 1.200 metros de altura y cuyo suelo es transparente.
El Gran Cañón es el hábitat de 447 especies de aves, 91 de mamíferos, 18 especies de peces y 58 de reptiles y 8.500 invertebrados, mas 1.750 especies de plantas.
Uno los accidentes que más se reportan anualmente en el parque nacional es de personas que son mordidas por ardillas, ya que a pesar de los avisos los visitantes insisten en darle de comer a estos animales, dice Berruecos Villa.
Por la noche, el Gran Cañón ofrece a los visitantes la oportunidad de admirar el cielo y las diferentes constelaciones sin las distorsiones que produce la luz artificial.
Como parte de la celebración del centenario se llevaran a cabo ceremonias donde participaran las reservas indígenas, así como celebraciones y presentaciones donde el público podrá aprender sobre la historia del lugar.
«La celebración de los 100 años es un momento para reflexionar sobre el pasado e inspiración para el futuro, honrando a aquellos que han llamado el cañón su hogar durante miles de años», dijo la superintendente del Parque Nacional del Gran Cañón, Christine Lehenert, en declaraciones enviadas a Efe.
María León