Tras una semana atrapados a cientos de metros de profundidad, la posibilidad de rescatar con vida a 33 mineros «son bajas», según admitió el ministro de Minería, Laurence Golborne.
«Las probabilidades de encontrarlos con vida son bajas», afirmó el ministro en declaraciones la noche del miércoles a una estación televisiva.
Agregó que las familias de los mineros tienen clara esa situación, pues «ellos son mineros. Aquí se requiere primero haber sobrevivido a un derrumbe, que no conocemos su magnitud, y los efectos secundarios de ese derrumbe».
Pero el presidente Sebastián Piñera en declaraciones en la sede de gobierno enmendó este jueves el pronóstico de su ministro, al afirmar que «la esperanza de vida se mantiene». Admitió, sin embargo, la complejidad de los trabajos de rescate.
Golborne dijo que hay varias opciones de rescate, y que incluso algunas de ellas podrían demorar hasta tres meses.
El equipo de rescate de 25 persona opera seis máquinas perforadores, pero el avance es de sólo 80 metros diarios, por lo que se calcula que el contacto con los mineros sólo se lograría el domingo, según declaró este jueves Andrés Sougarret, jefe del equipo encargado del sondaje.
Ello, en caso de que tras el derrumbe por «explosión de rocas» producido la tarde del jueves pasado los 33 trabajadores hayan escapado hacia el refugio de emergencia, dotado de oxígeno y alimentos, situado a 700 metros de profundidad de la mina de oro y cobre en la región de Atacama, 800 kilómetros al norte.
Sougarret dijo que también las perforadoras apuntan a un taller dentro de la mina donde se guardan herramientas, que podría ser otro lugar de refugio.
Pero no se ha podido determinar si los mineros pudieron escapar hacia un lugar determinado, en el fondo del yacimiento, de propiedad privada. Las provisiones en el refugio de emergencia, en todo caso, sólo alcanzarían para dos días.
Por eso los trabajos de las perforadoras apuntan primero a lograr una comunicación con ese lugar para darles a los mineros ánimo y suministrarles oxígeno y alimentos. Pero el rescate mismo podría tarde mucho más, según admitió Golborne.
No obstante el pesimismo oficial transmitido por el ministro de Minería, dos centenares de familiares de los mineros atrapados se encuentran en las afueras del yacimiento aguardando el rescate. Las autoridades habilitaron carpas donde se guarecen para soportar el intenso frío nocturno del desierto nortino, que además el miércoles fue agravado por una inusitada lluvia.
El accidente, uno de los mayores registrados en este país minero, suscitó reacciones tanto en el gobierno, que desplegó un amplio operativo de rescate y de apoyo a los familiares, como en el Congreso, que dispuso una comisión investigadora.
Surgieron también duras críticas a los propietarios de la mina, que han sido acusados de no observar todas las normas de seguridad, acusaciones respaldadas por ex trabajadores y por una clausura por las mismas razones en 2007.
El gobierno removió el miércoles a tres funcionarios del servicio geológico estatal que habrían autorizado en 2008 la reapertura del yacimiento.
Por FEDERICO QUILODRAN
The Associated Press