Wannabe: Dícese de algo que intenta ser, pero no es. Que intenta imitar lo que ya se inventó, pero por más que se esfuerza no lo logra. Su actuar y su forma de pensar dan vergüenza, pues su esencia no es auténtica, ni con intenciones buenas.
Todo lo wannabe suele ser dañino pues insulta a lo que sí es real. Como este nuevo “feminismo” que me produce risa, pero al mismo tiempo no me simpatiza.
Ese “feminismo” que en pleno siglo XXI asegura que en la cultura occidental todavía predomina el patriarcado. Siendo que estamos viviendo los años en los que las mujeres más nos hemos empoderado.
Ese “feminismo” que está convencido de que los hombres están en contra de ellas y que si en una empresa no las contratan, es porque el CEO necesariamente es un tirano machista que no quiere mujeres en su oficina.
Ese “feminismo” que no ha entendido la diferencia entre poder y competencia; pues cree que si se llega a una distribución igualitaria en lo laboral, es decir, 50% mujeres y 50% hombres ocupando cargos en todas las áreas de trabajo; eso sin duda va a garantizar mejores resultados.
Ese “feminismo” que olvida el pequeño detalle de que hay ciertos trabajos que son más apetecidos por los hombres que por las mujeres, y viceversa. Pues si usted contrata a un obrero que es hombre, no es porque exista un grupo de obreros malvados defensores del patriarcado obligándola a tomar esa decisión; es porque ese obrero es bueno y hay más hombres dispuestos a dedicarse a eso.
Ese “feminismo” que juzga a las mujeres que no necesariamente votan para la presidencia de su país por una mujer, pues creen que solo por el hecho de que sea mujer eso la hace una buena candidata y por ende todas las mujeres debemos apoyarla. Yo les pregunto: ¿Según ustedes debo apoyar o sentirme representada por mujeres con políticas e ideas nefastas como Michelle Bachelet, Cristina Fernández de Kirchner, Hillary Clinton o Dilma Rousseff?
Tampoco se queda atrás ese “feminismo” que hoy en día le sigue exigiendo a los gobiernos más derechos, solo porque creen que por tener ovarios merecen más privilegios.
O ese “feminismo” que defiende a capa y espada el aborto, como si acabar con la vida del que no tiene cómo defenderse fuese algo de lo que hay que enorgullecerse. Y además tienen el descaro de exigir que sea “gratis” (es decir, pagado con sus impuestos y los míos). ¿Qué más quieren, pague uno, lleve dos? Parece que lidiaran con el aborto como si fuesen a comprar un medicamento para la tos.
Ese “feminismo” lleno de mujeres que tal vez no se han enterado de que para prevenir embarazos no deseados, existe una píldora anticonceptiva que se inventó hace 68 años. Y hoy en día tienen muchos métodos más, hasta tienen 72 horas para tomarse otra pastilla, por si la que se toman regularmente se les olvidó un día.
*(Vale aclarar que todo esto fue inventado por esos mismos hombres que ellas señalan de “tiranos” y “machistas”.)
También está ese “feminismo” que desconfía de todos los hombres y los califica de mujeriegos, porque uno o dos de sus exes le puso los cuernos. Querida amiga, hay una película muy hollywoodense que se llama “Simplemente no te quiere”, te recomiendo que la veas para que entiendas el problema.
Ese “feminismo” que ha culpado a los géneros del reggaetón y el hip hop, de incitar a los hombres a aprovecharse de las mujeres y perder el control. Como si el que manosea y/o viola, actuase de esa forma por culpa de una canción.
Ese “feminismo” que generaliza y que se escuda en los movimientos de Time’s Up y #MeToo para acusar a diestra y siniestra, sin que se les respete a esas personas la presunción de inocencia.
Un “feminismo” desagradecido con la cultura occidental y que desconoce todo lo que hicieron las que sí cumplieron con el objetivo.
Déjenme les cuento qué es el verdadero feminismo para que dejen de mirar la historia con resentimiento y sean conscientes de todo lo bueno que hoy en día tenemos, a pesar de las situaciones malas que todavía le ocurren a nuestro sexo.
Feminismo es lo que hizo Margaret Thatcher que pasó de ser la hija de un tendero a convertirse en la Dama de Hierro. No le importó que la política fuese un mundo masculino, pues su lucha por defender el capitalismo era el objetivo, y así se convirtió en la primera mujer que ocupó el puesto de Primer Ministro en el Reino Unido.
Feminismo es lo que hizo Emmeline Pankhurst y las “Suffragettes” del WSPU que en el año de su muerte y sin estar presente, logró ganar el derecho al voto en el Reino Unido con las mismas condiciones que los hombres. Sin antes haber sido condenada a tres años de prisión por pararse ante las injusticias de frente.
Feminismo es lo que hizo Marie Curie que sin ser feminista, siempre tuvo claro lo que quería y aunque le tocó estudiar de manera clandestina, se ganó dos Premios Nóbel uno en Física y otro en Química.
Feminismo es lo que hizo la activista y escritora Clara Campoamor, que aunque la izquierda estuviese en contra de ella por miedo a que las mujeres votaran por la derecha, con 161 votos a favor logró conseguir la legislación del voto femenino en el territorio español.
Feminismo es lo que hizo la reina del soul Aretha Franklin que con su voz poderosa y majestuosa, nos dio el regalo más lindo que un ser humano puede darle a este planeta y es música inmortal y hermosamente bien hecha. 54 álbumes, 18 Grammys, 25 discos de oro y su entrada como la primera mujer en el Rock & Roll Hall of Fame. And what she asked for? A little R E S P E C T.
Feminismo es lo que hizo la aventurera de Amelia Earhart a quien poco le importó que la aviación fuese territorio de hombres. Y aunque en el Pacífico se desapareció, el Atlántico lo cruzó dos veces.
Feminismo es lo que hizo Rosa Parks que en sus ganas por alcanzar la libertad, se negó a cederle el puesto a un hombre blanco en el bus y aunque a la cárcel llegó, sentó las bases de los derechos civiles en Estados Unidos; toda una revolución.
Feminismo es lo que hizo Juana de Arco al decidir convertirse en guerrera y guiar al Ejército Francés en la guerra de los Cien Años contra Inglaterra, sin importarle que al final la condenaron a ser quemada en una hoguera. O lo que hizo Hipatia de Alejandría al dar su vida por generar avances en la ciencia y en la astronomía.
Y así, puedo nombrar millones de mujeres extraordinarias a quienes les debemos mucho. Pero quiero que se fije en el verbo que he utilizado con todas ellas y es “hacer”. Pues a diferencia de las wannabe feministas de ahora; ellas hicieron, trabajaron, se aventuraron, produjeron, etc., en vez, de quejarse, señalar, juzgar, generalizar, acusar y dividirnos aún más.
Ellas tuvieron claro que para lograr lo que querían no tenían que andar pidiendo permiso, y que sus ovarios no son los que definen su destino.
Por supuesto que en la cultura occidental todavía existe el machismo, sobre todo, en países latinos como el suyo y el mío. Y una de las principales razones es porque todavía nosotros no disfrutamos del verdadero capitalismo, ese que abre mercados, reduce el poder del Estado, brinda mayores libertades y como resultado genera más oportunidades.
Pero también, otra de las razones es porque el machismo hace parte de nuestra cultura, pues todavía hay madres que les dicen a sus hijas que lo más importante es que se pongan lindas, para que consigan un marido que las mantenga de por vida.
Así que, querida amiga, si eres de las wannabe feministas, te cuento que estás siendo tu peor enemiga.
Preocúpate por cultivar tus talentos, alimentar tu cabeza, tener las ideas correctas, y sobre todo, por hacer y dejar hacer.
¡Feliz Día Internacional de la Mujer a las mujeres que no se andan con excusas y siempre buscan crecer!
@IsabellaWills