En el año 2014 se aprobó la ley 1714, la cual tiene por objeto promover la utilización de fuentes no convencionales y más limpias de energía, así como buscar la eficiencia energética, que no es otra cosa que el aprovechamiento óptimo de la energía utilizada en el territorio nacional mediante prácticas e infraestructuras sostenibles.

Esta ley también invita a las entidades territoriales para que diseñen los marcos administrativos adecuados tendientes a incentivar la innovación social, empresarial y gubernamental para mejorar el uso racional de la energía, en cumplimiento directo de los objetivos de desarrollo sostenible: 7) Energía asequible y no contaminante, 9) Industria, innovación e infraestructura, 11) Ciudades y comunidades sostenibles, 12) Producción y consumo responsable.

¿Pero por qué surge esta Ley? Resulta que, según análisis del Ministerio de Minas, el país pierde cerca de 22 billones de pesos al año por el uso ineficiente de la energía, y que, en este mismo sentido, solo usamos eficientemente el 31% de la misma. Si lo llevamos el plano a lo local, de los 7,9 billones de pesos que Medellín gastó en energía en el 2017, se desaprovecharon 5,5 billones de pesos. Lo cual significa un desaprovechamiento de los recursos invertidos en la generación de energía.

Analizando el panorama por renglones de la economía, encontramos que, en promedio, solo el 55% de la energía que usa el sector industrial es útil; en el sector comercio el panorama es aún más desalentador, ya que solo el 35% de la energía es usada con eficiencia, y si observamos cuál es el uso eficiente en los hogares, hallamos que la cifra apenas llega al 17%. Todo este malgasto tiene un impacto en el bolsillo del ciudadano de a pie, las empresas y en las finanzas de las administraciones que pueden destinar esos recursos en inversión social y obras en beneficio de la ciudadanía.

Adicionalmente, si tomamos en cuenta el actual contexto de recuperación económica, es indiscutible que, a los empresarios e industriales del país, les va a interesar rebajar los costos para que sus productos sean mucho más asequibles para toda la población, y así ampliar el espectro del mercado. Además, se convierte en una oportunidad para economizar los procesos de trasformación inminentes a la cuarta revolución industrial, como: la aplicación del internet de las cosas, las redes de conectividad 5G, la computación en la nube, la digitalización, los nuevos sistemas y la robótica.

Es por esto que, en la búsqueda de una Medellín Inteligente, hemos radicado en el Concejo, un Proyecto de Acuerdo de que tiene como principal fin el uso eficiente de la energía en la ciudad, considerando los ejes de productividad, competitividad, desarrollo empresarial y comunitario, así como el de sostenibilidad.

Con este proyecto de acuerdo nos proponemos definir acciones estratégicas y sectoriales que permitan alcanzar las metas en materia de eficiencia energética, generando entornos más amigables para la convivencia y el hábitat de los ecosistemas, contribuyendo así a la seguridad energética en cumplimiento con los estándares y compromisos internaciones en temas ambientales. De igual forma buscamos facilitar la aplicación de la ley 1714 de 2014, que incluye un renglón en incentivos tributarios para promover el uso de fuentes no convencionales y más limpias de energía, como la solar.

Asimismo, tenemos como objetivo consolidar una cultura ciudadana y empresarial que propenda por el uso eficiente de la energía y el manejo sostenible de los recursos naturales, porque indiscutiblemente necesitamos tomar consciencia del impacto cotidiano de nuestras acciones y caminar hacia esta meta, entendiendo como sociedad que entre todos debemos aportar nuestro granito de arena para la consolidación de una Medellín Inteligente y responsable con el planeta.

@LinaGarciaGanan

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Redacción Minuto30

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