Las autoridades egipcias han detenido a un turista por fotografiarse frente a las pirámides de Guiza con las nalgas al aire, un nuevo episodio de posados controvertidos ante esa maravilla de la humanidad que traen de cabeza a los responsables arqueológicos del país.
Si a finales del año pasado un pareja de daneses se grabaron desnudos en pose sexual encima de la pirámide de Keops, ahora un extranjero, del que hasta el momento no se han dado datos, ha sido el que ha querido hacerse una foto bajándose los pantalones, lo que ha enfadado a las autoridades.
El viajero se aventuró el sábado a mostrar su trasero en el espacio que alberga las tres pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos a las afueras de El Cairo, para capturar una instantánea histórica un tanto atípica, confirmó a Efe una fuente de seguridad que pidió el anonimato.
El hombre no llevaba pasaporte cuando fue descubierto por trabajadores de la zona arqueológica y estaba, aparentemente, bajo los efectos de alguna sustancia que afectaba a su comportamiento.
Ahora es investigado por «atentar contra la moral pública», afirmó la fuente.
Los actos groseros en los monumentos históricos se han hecho populares en los últimos años y en muchos casos se hacen virales en las redes sociales y medios de comunicación al ser capturados en vídeo o fotografías.
En 2015, una grabación clandestina de contenido adulto hecha en Guiza ya levantó la polémica en el país de los faraones, donde también se han registrado casos de arrestos de turistas por escalar a lo alto de las pirámides, otro tipo de ofensa contra la única de las maravillas del mundo antiguo todavía en pie.
En 2015, el joven alemán Andrej Ciesielski fue detenido y expulsado de por vida de Egipto por subir hasta lo alto de una de las pirámides, una acción también difundida por internet.
En 2017 una modelo belga y un fotógrafo fueron detenidos en Luxor (sur) tras posar ella desnuda en el templo de Karnak pretendiendo ser la reina Nefertari, la esposa favorita de Ramsés II, faraón de la XIX dinastía del Imperio Nuevo (1539-1075 a.C.).
Un juez entonces los dejó en libertad tras advertirles de «no hacer nunca más eso tan estúpido y vergonzoso». El Cairo, 14 jul (EFE)