Un juzgado de Honduras declaró hoy culpables, por unanimidad, a cuatro policías incriminados en el asesinato de dos jóvenes universitarios en octubre de 2011 y los envió a la Penitenciaria Nacional del país.
Los agentes José Pozo, Santos Padilla, Gabriel Marcía y Wilson Córdova fueron declarados «culpables de asesinato con alevosía» en contra de los estudiantes Rafael Alejandro Vargas, hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma (Unah), Julieta Castellanos, y su amigo Carlos Pineda, dijo la juez Ruth Paz.
Pozo y Padilla fueron señalados como los autores intelectuales del crimen de los universitarios, mientras Córdova y Marcía como autores por omisión, según el fallo.
Los dos jóvenes fueron asesinados el 22 de octubre de 2011 después de una persecución policial que al parecer se habría originado porque no atendieron un requerimiento en un retén.
Los jueces hondureños enviaron a los acusados a la Penitenciaria Nacional de Honduras, situada unos 25 kilómetros al norte de Tegucigalpa, y fijaron para el 11 de septiembre la audiencia de individualización de pena y sentencia.
En el juicio también se destacó que nunca se respeto el derecho a la vida de los dos universitarios por parte de los implicados en el crimen.
Tras finalizar el juicio oral, la rectora de la Unah dijo a periodistas que «se ha hecho lo que se tenía que hacer».
«Hemos pedido justicia, hemos dedicado muchísimo tiempo y esfuerzo para poder recaudar pruebas», subrayó Castellanos, quien señaló que los policías Carlos Galeas y Wilfredo Figueroa, también implicados en el crimen, siguen prófugos.
Enfatizó que «vamos a continuar, hay una cúpula policial que los dejó ir, que también tiene responsabilidad, una cúpula que permitía que esa patrulla ejecutará jóvenes».
Desde hace años, la Policía de Honduras ha sido salpicada por denuncias de corrupción por parte de agentes y oficiales involucrados en tráfico de drogas, robo de vehículos y violaciones a los derechos humanos, incluidos asesinatos, entre otros delitos. EFE