Bogotá, 4 may (EFE).- La tensión reina este martes en las calles de Colombia, donde persisten las protestas contra el Gobierno mientras crece el clamor al presidente Iván Duque para que abra un diálogo nacional y terminen los desórdenes y la violencia policial, que han causado al menos 19 muertos y más de 800 heridos.
En vísperas de un nuevo «paro nacional» convocado para mañana por los sindicatos y organizaciones sociales, que desde el pasado miércoles movilizan a miles de personas en todo el país, las protestas volvieron a marcar el día en Colombia, aunque con menos intensidad que en los días previos.
Por la Carrera Séptima de Bogotá, miles de estudiantes arropados con banderas de Colombia caminaron de forma pacífica y en ambiente festivo para pedir el cese de la violencia policial y respeto a la vida, y al final se concentraron en el Monumento a los Héroes.
«Estamos acá para acompañar a un pueblo que necesita la presencia de su iglesia acompañándola en paz», dijo a Efe un fraile dominico que con otros miembros de esa comunidad destacaba en la manifestación de los jóvenes por sus hábitos blancos.
BLOQUEOS DE CARRETERAS
Otras movilizaciones se registraron principalmente en carreteras de los departamentos de Cundinamarca, en el centro del país, de Antioquia (noroeste) y en el Valle del Cauca, en cuya capital, Cali, se han producido las mayores concentraciones populares y también la mayor ola de violencia policial.
Los bloqueos, principalmente por parte de camioneros y taxistas que el lunes se sumaron a las protestas detonadas por un ambicioso proyecto de reforma fiscal del Gobierno, impidieron el tráfico entre Bogotá y Tunja, capital de Boyacá, así como hacia Zipaquirá, una de las localidades cercanas.
En el Valle del Cauca continúan los bloqueos en la carretera entre Cali y la ciudad industrial de Yumbo lo que, según el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, impide desde el 29 de abril la circulación de cisternas para abastecer de combustibles a la capital regional.
VIOLENCIA POLICIAL
Lo peor, sin embargo, es la violencia sin control de miembros de la Policía contra quienes protestan en las calles, que se ha cobrado la vida de por lo menos 19 personas, según la Defensoría del Pueblo, aunque organizaciones sociales aseguran que la cifra es mayor.
La ONG Temblores, que documenta violencia policial, informó que desde el 28 de abril hasta hoy contabiliza «31 personas víctimas de violencia homicida» por la brutalidad policial.
Para atajar el baño de sangre, desde diferentes sectores pidieron al presidente Duque que no se cierre a una negociación, «invitando a todos, derechas, izquierdas, centro, lo que sea, a dialogar», en palabras del fraile dominico.
PROPUESTAS DE NEGOCIACIÓN
Ante la ola de violencia, el expresidente y premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos (2010-2018) manifestó este martes su disposición para reunirse con Duque y así ayudar a buscar salidas a la crisis.
«Presidente Iván Duque, estoy a disposición suya y de los colombianos para salir de esta crisis. El país necesita diálogo, entendimiento», manifestó Santos, distanciado políticamente de su sucesor, en un mensaje en Twitter.
En línea con Santos, el político liberal Juan Fernando Cristo, que participó en las negociaciones de paz con la exguerrilla de las FARC, también manifestó su disposición para dialogar con Duque, al que le pidió que «abra hoy mismo un diálogo social en Cali», el epicentro de la agitación social y de la violencia.
Por su parte, el exgobernador de Nariño Camilo Romero, uno de los precandidatos presidenciales del partido Alianza Verde, dijo a Efe que los organismos internacionales deben exigir al Gobierno que proteja los derechos humanos y permita las manifestaciones pacíficas.
«Lo que hacemos desde Colombia es un llamado a la comunidad internacional (…) para que velen por la protección de los derechos humanos de los ciudadanos de este país y le exijan al Gobierno Nacional que cese la hostilidad contra la ciudadanía», apostilló.
Romero añadió que el Gobierno debe «convocar y escuchar a la juventud, que es la protagonista de los nuevos liderazgos en una nueva Colombia».
Presionado por la gravedad de la situación, Duque convocó hoy a los diferentes movimientos políticos, judiciales, empresariales y sociales del país a un diálogo «sin diferencias ideológicas».
«Instalaremos un espacio para escuchar a la ciudadanía y construir soluciones (…) en los cuales no deben mediar diferencias ideológicas sino nuestro más profundo patriotismo», expresó Duque en una declaración en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
PREOCUPACIÓN INTERNACIONAL
La comunidad internacional también expresó su preocupación por la crisis que atraviesa Colombia y distintos organismos y gobiernos hicieron hoy un llamado a la cordura, a que se permitan las protestas pacíficas y se tomen medidas contra el uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad.
«Lo que es primordial es que el Gobierno permita a la gente expresarse de forma pacífica y manifestarse pacíficamente. Esos son derechos básicos y esa es nuestra postura», dijo Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres.
Horas antes, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos denunció desde Ginebra que los cuerpos de seguridad colombianos han ejercido un «excesivo uso de la fuerza» contra los manifestantes.
La Unión Europea (UE) también condenó la violencia de las fuerzas de seguridad colombianas contra los manifestantes y pidió que se lleve ante la justicia a los responsables de la represión.
Igualmente, el Gobierno estadounidense expresó su «profunda tristeza» por los episodios violentos en Colombia y mostró su «apoyo» al Gobierno de Duque para solucionar la situación mediante el «diálogo».
También la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, hizo un llamamiento «a la calma, al cese de la violencia y al diálogo» como única vía para «reconducir las discrepancias» en Colombia.