Colombia, un país atrapado en el centralismo: claman las regiones

Resumen: Este texto examina el modelo centralista de gobierno en Colombia, argumentando que obstaculiza el desarrollo regional. Critica la concentración de poder y recursos en el gobierno central, utilizando a Antioquia como ejemplo, y aboga por la descentralización para empoderar a las regiones y promover un crecimiento equitativo

Este resumen se realiza automáticamente. Si encuentra errores por favor lea el artículo completo.

Colombia ha vivido por décadas bajo un modelo centralista que ha limitado el desarrollo de sus regiones. El Gobierno Nacional concentra el 85% de los recursos y de las decisiones, mientras que los departamentos y municipios deben conformarse con el 15% restante. Esta realidad, que ha sido denunciada en repetidas ocasiones por los gobernadores, mantiene al país atado a un sistema donde las regiones tienen pocas herramientas para gestionar su propio progreso.

Históricamente, tanto gobiernos de derecha como de izquierda han hablado de la necesidad de descentralizar, pero en la práctica poco se ha hecho. Los gobiernos de derecha impulsaron algunas reformas que buscaban dar más autonomía fiscal a los territorios, pero muchas quedaron en el papel debido a la resistencia del poder central. Los gobiernos de izquierda, por su parte, han defendido la redistribución de la riqueza, pero han mantenido el control absoluto sobre los ingresos del país, haciendo que los departamentos sigan dependiendo de giros y autorizaciones de Bogotá para ejecutar sus proyectos.

Este modelo ha generado crisis profundas en sectores clave. La salud, por ejemplo, es una de las áreas más golpeadas. En muchos departamentos, los hospitales públicos han colapsado porque los recursos no llegan a tiempo o están sujetos a procesos burocráticos interminables.

Lo mismo ocurre con la educación: los planes de estudio siguen siendo diseñados desde el Gobierno central, sin tener en cuenta las particularidades de cada región, sus vocaciones productivas y sus necesidades específicas.

Gobernadores de todo el país han insistido en la necesidad de una verdadera descentralización. En el Caribe, en Antioquia, en el Valle del Cauca, las voces han sido claras: los territorios deben tener mayor autonomía para administrar sus recursos y definir su propio desarrollo.

Eduardo Verano de la Rosa, actual gobernador del Atlántico, lo ha dicho sin rodeos: “Las regiones deben ser dueñas de su destino y no estar supeditadas a las decisiones de Bogotá”. Y no es el único. Mandatarios locales han advertido que, si no se hacen cambios estructurales, el país seguirá enfrentando protestas, descontento y una constante sensación de abandono en las regiones.

No se trata de dividir el país, sino de fortalecerlo. Las naciones más desarrolladas han entendido que el crecimiento viene cuando los territorios tienen las herramientas necesarias para potenciar su economía, mejorar su infraestructura y fortalecer sus sistemas de salud y educación. En el Congreso, estamos impulsando propuestas para que los departamentos puedan manejar directamente una mayor proporción de los impuestos que generan, sin depender de la burocracia centralista. Queremos que las regiones tengan más poder sobre su educación, para que puedan formar ciudadanos preparados para enfrentar los desafíos de sus entornos.

Colombia necesita un nuevo pacto por la descentralización. No podemos seguir en un sistema que asfixia el desarrollo regional y perpetúa

Antioquia es un claro ejemplo de cómo el centralismo ha frenado el desarrollo de las regiones. A pesar de ser uno de los departamentos con mayor dinamismo económico del país, su capacidad de gestión sigue limitada por la excesiva dependencia de las decisiones que se toman en Bogotá.

Medellín, con su potencial de innovación y liderazgo en ciencia y tecnología, podría avanzar aún más si contara con mayores herramientas para administrar sus propios recursos. Sin embargo, las obras de infraestructura, las inversiones en educación y salud y hasta las estrategias para fortalecer la seguridad en el departamento dependen, en gran medida, de un Gobierno central que muchas veces desconoce las realidades del territorio.

La historia de Antioquia ha estado marcada por su espíritu emprendedor y su capacidad de sobreponerse a las dificultades, pero si no se avanza en una verdadera descentralización, el departamento seguirá enfrentando barreras que le impiden alcanzar su máximo potencial.

Aquí más Columnas de Opinión

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio

    Medellín estrena una nueva cancha de fútbol y además anuncian la renovación de escenarios deportivos