Foto sacada de redes sociales.
La temporada seca que afecta a Bogotá y los municipios de la Sabana desde inicios de diciembre de 2024 ha generado una significativa reducción en las reservas hídricas de la región.
Según la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca, los embalses clave para el suministro de agua muestran una preocupante tendencia descendente que podría complicar el abastecimiento en los primeros meses de 2025.
El Sistema Chingaza, que provee el 70% del agua a la capital, registra una capacidad total de solo el 49,86%, con los embalses Chuza y San Rafael en niveles de 39,77% y 82,70%, respectivamente.
Esta situación se agrava ante la pausa de racionamientos programada entre el 23 de diciembre y el 6 de enero, medida adoptada para las celebraciones navideñas.
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En la zona norte, los embalses Neusa, Sisga y Tominé tienen un promedio de almacenamiento del 56,18%, mientras que en la zona sur, las reservas de Chisacá y Regadera registran un promedio del 69,64%.
El único embalse con estabilidad es El Hato, ubicado en Carmen de Carupa, que alcanza el 85,14% de su capacidad.
Con una temporada seca que podría extenderse hasta abril, las autoridades instan a la población a usar el agua de manera responsable para garantizar un suministro más estable en 2025.
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