Durante el fin de semana las autoridades de Nueva Zelanda anunciaron el hallazgo de una aguja al interior de una fresa que fue vendida en una bandeja de frutas en la ciudad de Geraldine, siendo el segundo caso en el país y similar a otros ocurridos en Australia.
El dueño de la tienda en Nueva Zelanda donde fue vendida la bandeja de frutas anunció que retiraría el resto de estas, sin embargo prefirió no declarar en qué país fueron producidas.
El caso prendió las alarmas luego de lo ocurrido en Australia donde en el mes de septiembre se encontraron agujas y alfileres en varias bandejas de frutas, presuntamente 200 casos fueron denunciados tras la hospitalización de un hombre que habría ingerido la fruta.
Por estos casos una mujer de 50 años que trabajaba en una granja donde posiblemente fueron cultivadas algunas de las fresas contaminadas fue detenida en el Estado de Queensland, Australia.