Resumen: La noche polar llega a Utqiagvik: una ciudad en Alaska sumergida en la oscuridad por más de dos meses.
Minuto30.com .- Desde el pasado lunes 18 de noviembre, a las 18:09 (hora local), los habitantes de Utqiagvik, la ciudad más boreal de América, vivieron un momento peculiar: el sol se ocultó por última vez en el horizonte, marcando el inicio de un extenso periodo de oscuridad que durará dos meses. La ciudad, antes conocida como Barrow, experimentará ahora su largo invierno polar, con un «día» que, en el mejor de los casos, será apenas una penumbra.
Desde este 19 de noviembre hasta el 23 de enero, los residentes de Utqiagvik, que se encuentra al norte del Círculo Polar Ártico, no verán el sol nuevamente, excepto por un breve instante a las 12:55 p.m. del 23 de enero, cuando el astro aparecerá por un breve momento en el horizonte. Durante este tiempo, la ciudad experimentará 24 horas de oscuridad casi total, con solo una débil luz crepuscular durante unas horas, en lo que los locales llaman el “día polar”.
Este largo periodo de oscuridad es característico de las regiones polares, donde la inclinación de la Tierra impide que los rayos del sol lleguen directamente durante el invierno. Los habitantes de Utqiagvik se preparan para vivir dos meses de noches perpetuas, un fenómeno natural que ha sido parte de su vida durante siglos. Sin embargo, la oscuridad no es sinónimo de tristeza, sino que es acompañada por un cielo estrellado y el espectáculo natural de las auroras boreales, que iluminan el firmamento durante las noches más largas del año.
Aunque el sol se esconde por más de dos meses, la comunidad de Utqiagvik sigue activa, adaptándose a los desafíos que plantea este ciclo de oscuridad. Los residentes, que han vivido este fenómeno durante generaciones, se mantienen optimistas y aprovechan este tiempo para disfrutar de actividades que sólo son posibles en el Ártico, como la observación de auroras, la caza, y otras tradiciones culturales.
La ciudad, que cambió su nombre de Barrow a Utqiagvik en 2016, también es un recordatorio de la adaptación humana a los extremos de la naturaleza. Con temperaturas extremadamente bajas y condiciones climáticas duras, los residentes de Utqiagvik muestran una notable capacidad de resiliencia mientras esperan el regreso del sol, que no aparecerá nuevamente hasta finales de enero.
Este fenómeno, aunque fascinante, resalta la magnitud de los contrastes climáticos que enfrentan las comunidades al norte del Círculo Polar Ártico, donde la luz del sol y la oscuridad polar se alternan en ciclos anuales que son parte fundamental de la vida en la región.
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