Las cifras de suicidios en los menores de edad son alarmantes, con un incremento preocupante en los últimos meses. Antioquia lidera la lista de casos, seguida por Bogotá y Valle del Cauca.
Lo más inquietante es la situación en los departamentos de Chocó y Antioquia, donde comunidades indígenas como la embera han sido las más afectadas.
La Defensoría del Pueblo ha encendido las alarmas y advierte que esta situación está estrechamente ligada al conflicto armado que azota la región. Los enfrentamientos entre grupos armados ilegales han generado un clima de violencia y miedo que está afectando gravemente la salud mental de los menores.
«La ruptura de las tradiciones culturales y el desplazamiento forzado son factores que contribuyen a esta crisis», afirmó la defensora del pueblo, Iris Marín.
Las cifras del Instituto Nacional de Salud son aún más alarmantes. Entre enero y octubre se registraron más de 32.000 intentos de suicidio, de los cuales el 40% correspondieron a niños, niñas y adolescentes. Las mujeres son las más afectadas, representando el 75% de los casos en este grupo etario.
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Ante este panorama, la Defensoría hace un llamado urgente a las autoridades para que se implementen programas de prevención del suicidio que aborden las causas profundas de este problema, como la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades.