Althia despierta hablando italiano tras sufrir un derrame cerebral: “No soy yo”

Cuando Althia Bryden despertó en la unidad de cuidados intensivos tras una cirugía en agosto de 2024, jamás imaginó que su voz regresaría con un marcado acento italiano. Sin haber visitado Italia ni hablar su idioma, esta londinense de 58 años dejó perplejos a sus familiares y médicos al comunicarse como si fuera una nativa del país mediterráneo.

El cambio fue solo uno de los inesperados giros en su vida desde que sufrió un derrame cerebral meses atrás, provocado por una rara condición conocida como membrana carotídea.

El 4 de mayo de 2024, Althia fue hallada inconsciente en su hogar en Highbury, Londres. Tras ser ingresada al hospital, los médicos confirmaron que el derrame se había desencadenado por una anomalía en los vasos sanguíneos del cuello, la cual interrumpió el flujo de oxígeno hacia su cerebro. Durante tres meses, Althia enfrentó la difícil tarea de reaprender habilidades básicas de comunicación, pues quedó completamente muda.

“Pasé semanas preguntándome si alguna vez volvería a hablar”, recordó en una entrevista. Finalmente, tras someterse a una cirugía en agosto para corregir la anomalía, su voz regresó, aunque de una forma que nadie había previsto. “El sonido de mi voz me era completamente ajeno”, explicó Althia.

Lo que Althia experimenta es el síndrome del acento extranjero, una rara condición neurológica que puede surgir tras accidentes cerebrovasculares o lesiones cerebrales. Esta afección altera los patrones de habla, haciendo que las personas afectadas suenen como si tuvieran un acento extranjero que nunca aprendieron. Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), menos de 100 casos de este fenómeno han sido documentados en el mundo desde su identificación en 1907.

Aunque recuperar la voz fue un alivio, el cambio ha tenido un profundo impacto en su sentido de identidad. Las interacciones diarias se han vuelto desafiantes. “Cada vez que alguien me pregunta de dónde soy, tengo que explicar toda mi historia. Es agotador y frustrante”, relató.

Incluso su risa y los tonos que definían su personalidad han cambiado. “Me siento desconectada de la persona que era antes del derrame”, admitió Althia. Sin embargo, con el apoyo de su familia y sesiones de terapia, está trabajando en aceptar su nueva realidad.

Althia también ha encontrado consuelo al participar en grupos de apoyo, donde comparte su experiencia con otros sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares. “Todavía tengo días difíciles, pero he decidido abrazar esta parte de mi vida. Mi voz puede sonar diferente, pero sigo siendo yo”, reflexionó.

El caso de Althia no solo desafía el entendimiento médico, sino que también destaca la capacidad del ser humano para adaptarse y encontrar sentido en medio de los cambios más inesperados.

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