Los primeros asentamientos humanos en la Península de Yucatán se remontan a finales de la Era de Hielo, hace más de 10.000 años y varios milenios antes del auge de la cultura maya, según demuestran vestigios de hogueras halladas en el cenote Aktun Ha, en el estado mexicano de Quintana Roo.
Las investigaciones llevadas a cabo en las hogueras encontradas en el interior del cenote, ubicado en la zona de Tulum, comprueban que las cuevas del Caribe mexicano, ahora inundadas, fungían como habitáculos que proporcionaban a los primeros pobladores del área refugio contra los grandes depredadores de la época, así como protección contra las inclemencias del tiempo, en ese entonces frío y seco.
Esas cuevas estaban secas a finales del Pleistoceno e inicio del Holoceno, periodo geológico que marca el fin de la Era de Hielo y el ascenso del agua del mar a su nivel actual.
En la Cámara de los Ancestros, situada en el interior del sistema de cuevas del cenote, se localizaron concentraciones de carbón cuya ubicación, cantidad y distribución indican que se trata de hogueras arcaicas encendidas en el sitio.
El estudio ha sido publicado en la revista científica internacional Geoarchaeology, donde se señala que el carbón remanente de las hogueras tiene una antigüedad de entre 10.750 y 10.250 años, la más antigua temporalidad reportada para carbón con asociación humana en un cenote de la península.
Las hogueras fueron estudiadas como parte de una investigación en cenotes y cuevas de la Península de Yucatán, coordinada desde 1998 por el arqueólogo Octavio del Río, colaborador Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con especialidad en arqueología subacuática, y avalada por Adriana Velázquez Morlet, actual directora de la institución en Campeche, y por el doctor Luis Alberto Martos, de la Dirección de Estudios Arqueológicos.
El recorrido hasta la cámara se da a través de 150 metros de cueva inundada y hasta alcanzar los 27 metros de profundidad, que los expertos bucean desde la entrada del cenote.
«El buceo en Aktun Ha demanda el manejo de buceo en cuevas, mezcla de gases y descompresión. Aunado a los requerimientos de la investigación y los objetivos, lo vuelven altamente especializado», relata Del Río en entrevista telefónica con Efe.
Del Río señala que la zona de Tulum, donde hay un importante centro arqueológico maya, es un referente internacional en cuanto a primeros pobladores del continente americano. En esta región se ha encontrado la concentración de fósiles humanos más antigua de América, entre ellos la Mujer de Naharon, que con 13.700 años de antigüedad es hasta el momento la evidencia humana física más antigua encontrada en América.
RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE FOGATAS
Bajo la dirección de Rafael López, del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los científicos analizaron las muestras con una metodología diversa que incluyó desde experimentos de calor controlado hasta a petrografía, fragmentación de carbón, resonancia magnética y la técnica del carbono 14, entre otros análisis que determinaron que la temperatura en algunas hogueras alcanzó hasta los 600 grados centígrados.
Del Río explica que los vestigios muestran que los materiales fueron transportados para generar fuego y encendidos por aquellos pobladores para que las hogueras les proporcionaran iluminación y calor durante su estadía en el interior.
Al menos fueron registradas 14 hogueras, algunas con cantidades de carbón que indican largos periodos de ocupación y el uso de arbustos de la época.
También se hallaron semillas y bayas de leguminosas y frutos que hablan de la dieta de aquellos habitantes ancestrales, que complementaban cazando grandes mamíferos característicos la Era del Hielo como gonfoterios, perezosos gigantes y camélidos, relata.
ORIGEN DE LOS POBLADORES
Del Río sostiene que los fósiles humanos hallados en la zona de Tulum «hablan de una migración desde Asia» de humanos que cruzaron a América por el puente terrestre que existió en lo que hoy es el Estrecho de Bering y fueron poblando en nuevo mundo.
Pruebas de ADN de estos fósiles demuestran un origen asiático, además de que reconstrucciones faciales que se han hecho en estas investigaciones muestran características similares a las de los pobladores del sur de Asia.
El especialista perfila a estos colonizadores como personas de «baja estatura y complexión delgada, que no se alimentaban bien y tenían que compartir, combatir y defender el territorio contra otros clanes del área, así como hacer alianzas con otros grupos».
«Vivieron en climas áridos, secos, fríos y con animales de gran envergadura a los que finalmente sobrevivieron. Ahora sabemos quiénes eran estos primeros pobladores de América, qué comían, donde vivían, e incluso cómo murieron», comenta Del Río.
Con el final de la Era del Hielo el nivel del mar sube e inunda las cuevas y esto obliga a los pobladores a emigrar a otros lugares, con lo cual se abre una ventana de tiempo de varios milenios hasta el surgimiento de la cultura maya.
La cultura maya, una de las más importantes de Mesoamérica, se desarrolló principalmente en la Península de Yucatán entre el año 2.000 a.C. en su periodo formativo hasta el 1.539 en el llamado Posclásico Tardío. «Pero esa -comenta Del Río- esa es otra historia». México, 7 may (EFE)